Una de las grandes pérdidas sufridas por el hotel han sido sin lugar a
dudas las barandas de las galerías interiores de sus patios. 84 metros lineales
de barandas de hierro que eran su imagen característica divididos en 30 tramos
de aproximadamente 2,90ml cada uno.
Si bien las barandas resistieron al desguace de principios del 2012,
pese a que no formaban parte del proyecto propuesto para el contrafrente del
edificio, a partir del inicio de las obras de puesta en valor en agosto de 2013
aún era posible observar que estoicamente seguían presentes en sus patios. Desgraciadamente hacia marzo
de 2014 las barandas ya habían sido retiradas confirmándose en este hecho que
el edificio continuó siendo desguazado, inclusive con posterioridad a las
denuncias realizadas a partir de abril de 2012 y que fueran levantadas por los
principales medios escritos de nuestro
país.
¿Siguen las barandas en el hotel?, de no ser así: ¿Es posible que se
desconozca su destino? ¿Quiénes fueron sus compradores o en que viviendas adornan
sus jardines?
¿Seguirán las piezas en algún corralón cercano esperando a que algún
comprador adquiera lo que General Alvarado no supo resguardar?
Creo que las responsabilidades sobre estos hechos parecieran estar
claramente definidas. Desde la inacción de un municipio, insensible al
patrimonio común, hasta un propietario ávido de dinero que aparentemente no
dudó en comercializar las piezas, protegidas por ordenanzas municipales, y a las cuales, dado el nulo castigo ante el
desguace anterior, volvió a desafiar.
¿Alguna vez actuará algún fiscal que tenga el valor de investigar
estos hechos y acusar a sus responsables?
Archivo P Grigera. Marzo 2014 |