Vista 1945

Vista 1945
Hotel Boulevard Atlántico. Mar del Sud. Año 1945. Archivo Pablo Grigera

martes, 22 de septiembre de 2020

Los pisos de pinotea.


Los entrepisos del hotel estaban construidos por un sistema de vigas de madera sobre los cuales se ubicaban tablas machihembradas de pinotea. 
Estas estructuras ocupaban la totalidad de la planta alta del edificio a excepción de las galerías exteriores cuya estructura era de bovedillas de ladrillos y perfilería metálica. La superficie total ocupada por dichos entrepisos era de aproximadamente 540m2.
Esta solución constructiva también será adoptada para cubrir el sótano sobre el cual se desarrollaba el salón comedor que ocupaba una superficie de 150m2. Sumadas ambas plantas existían en el edificio 690m2 de pinotea más los tirantes y vigas que la soportan. 

Foto Laureano Clavero.2012

La pinotea es originaria del sudeste de los Estados Unidos. Es un árbol de gran porte y su altura alcanza entre los 24 y 30 metros y su diámetro es de aproximadamente 60cm. Estas especies adquieren una gran resistencia mecánica debido a su lento crecimiento y son poseedoras de altos contenidos de resinas. Su madera es blanda y liviana y se trabaja con facilidad obteniéndose a partir de su cepillado una buena terminación enfatizada por las características decorativas propias obtenidas a partir de los distintos serrados.

Corte radial

Corte transversal

Corte tangencial

En nuestro país se han producido cultivos, principalmente en la región del litoral desde la Provincia de Buenos Aires hasta Misiones, pero con valores menores de resistencia a las importadas. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, y con la llegada de barcos que recogían carnes o cereales, estas maderas serán introducidas en el país como lastre de las embarcaciones, convirtiéndose en un material que se integrará rápidamente a nuestros usos constructivos. 
En febrero de 2012 se inició el desguace del Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud. Este puede dividirse en dos etapas perfectamente determinadas: una primera, en que se desmantelaron todos los pisos de las galerías de las alas de habitaciones constituidos por aproximadamente 260 m2 de pinotea e innumerable cantidad de tirantes.
La venta de la madera generaba también un rédito económico sustentado en la no consideración del contrafrente en el proyecto de puesta en valor del edificio;  por ello se contaba con el vía libre para su desguace. El proyecto fracasará tempranamente perdiendo así el hotel  medio edificio. 

Foto Laureano Clavero. 2012

Con el fracaso del proyecto a finales del 2013, nuevos responsables continuarán con las tareas. Se iniciará así la segunda etapa del desmantelamiento de los entrepisos siendo levantados los del salón comedor y la totalidad de la planta alta del cuerpo central del edificio que ocupaban una superficie de 150m2 y 280m2 respectivamente. En este caso se justificaba el desmantelamiento con la aparición de un nuevo proyecto de puesta en valor que finalmente reemplazará los forjados de madera originales del edificio por una estructura de viguetas pretensadas y ladrillos de telgopor apoyados en un sistema de vigas y columnas de hormigón. 
La madera será descartada y vendida, o entregada a particulares. Hoy en día se puede observar pinotea del hotel reutilizada como cercos en zonas rurales, como decoración en pisos alisados en viviendas de la localidad, o utilizada en la confección de amoblamientos o souvenirs.

Archivo P.Grigera. 2017

Cuando observamos la terminología utilizada en la comercialización de este material: “pinotea de demolición”, se hace referencia principalmente al lugar donde se la obtuvo. La dificultad de encontrar pinotea, debido a la falta de madera nueva en los bosques, encarece un producto que es muy buscado y que se utiliza principalmente para la restauración de otros pisos o la realización de amoblamiento o decoración.
Para tener una idea del real valor del expolio cabría recordar que al día de hoy, agosto de 2020, se cotiza el m2 de pinotea en 1800$/m2 es decir aproximadamente 13,00U$S y en 350$ el metro lineal de tirantes, recordando que los de las alas de habitaciones oscilan entre los 4,20 y 4,50 ml de acuerdo a su ubicación.
Si realizamos un cálculo rápido veremos que los valores obtenidos por la comercialización, en cada una de las etapas descritas, son realmente pequeños. Hay que considerar también el estado real de esos pisos existiendo un porcentaje importante que habría que considerar como de descarte. Cuesta entender entonces el desprecio perpetrado hacia el edificio ya que por unos pocos pesos se perdió, en su totalidad, la pinotea del hotel que debió ser considerada en cualquier propuesta de puesta en valor que se hiciese y que hacía al acervo patrimonial del edificio.
Ahora bien, hablar de la pinotea como material proveniente de la demolición, del descarte de un monumento, sonaría extraño, contradictorio. A nadie se le ocurriría desguazar estos elementos en un edificio declarado como Monumento Histórico Municipal y menos venderla o regalarla para su reutilización como elemento decorativo de viviendas, como cerco de un terreno o como amoblamiento. Desgraciadamente las circunstancias a veces llevan a situaciones donde la ignorancia, los silencios cómplices y la desidia contribuyen a que estos hechos se produzcan. En este caso se han perdido valiosos testimonios constructivos que hacen al patrimonio de una comunidad que no pudo, no supo o no quiso detener el expolio de su mayor bien patrimonial.


Mi agradecimiento a la arquitecta María Elena Mazzantini.


Bibliografía:

-Libro del árbol. Esencias forestales indígenas de la Argentina de aplicación ornamental.
-The Woodbook. The complete plates. The American Woods (1881-1913, 1928). Romey BeckHough. Taschen
-Registro de ingreso de Madera de pino en Argentina a partir de construcciones históricas. A.M.Gimenez, J.Gómez, J.G.Moglia, J. Díaz Zírpolo y D. Gonzalez. Soc Argentina de Botánica.







viernes, 14 de agosto de 2020

Los tensores de la planta alta.


El Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud encierra un sinnúmero de detalles constructivos sorprendentes y desconocidos.
Al ya mencionado caso de las columnas de los patios podríamos agregar también el de los tensores de la planta alta del edificio.
Para entender el porqué de dichos elementos hay que describir la estructura de los forjados de la planta superior.
Los proyectistas del edificio se encontraron con la disyuntiva de cubrir grandes  luces. La idea proyectual, en especial en el caso del salón comedor, era la de evitar el colocar columnas intermedias. Para ello contaban con la posibilidad de utilizar una nueva tecnología constructiva con el uso de perfiles normalizados en el sentido transversal al salón. Esta solución se descartará debido a la dificultad de enviar tamaña cantidad  de piezas a Mar del Sud. Quizás esta decisión  se debiera a  cuestiones logísticas o económicas pero lo cierto es que los proyectistas optaron por utilizar vigas de madera con piezas de aproximadamente 7m de longitud.
La sección de las maderas era un elemento a definir. A mayores secciones menor flexión, pero también mayor costo y piezas más difíciles de transportar. Finalmente, sus proyectistas optaron por piezas de 3”x 6” lo que obligaba a colocar un apoyo intermedio que será materializado por una viga longitudinal perpendicular a las anteriores. Su longitud, de unos 15m de largo, no permitía su realización en una pieza entera por lo que se emplearán vigas encastradas  y elementos metálicos de unión.  El sistema estructural se completaba con  tablas de pinotea de 1” clavadas sobre ellas conformando un  entrepiso cuyo peso era relativamente bajo.
Todo este sistema  presentaba algunas  dificultades, entre ellos cómo realizar los tabiques divisores de ambientes de la planta alta que se apoyarían en el forjado. Para ello se decidió el empleo de tabiques de madera en las habitaciones centrales y tabiques hechos “en ladrillo  en rafa sujetados con alambre de tejar” en los laterales del cuerpo central,  tal cual describe Mauricio Chajchir[1]. Por otro lado, la viga de 15 metros de longitud debía ser arriostrada de alguna manera  y para ello se decide incorporar al sistema estructural que conforman los entrepisos de madera  tensores que asen esa viga a las cabriadas de la cubierta, única posibilidad que encontraron para evitar los apoyos intermedios.
Estos tensores estaban constituidos por una planchuela metálica que rodeaba tanto a la cabriada de  madera de la cubierta como a la viga longitudinal del entrepiso dando unidad a ambos sistemas  estructurales quedando ocultos en el interior de los tabiques de madera de la planta alta.
Al día de hoy, con la destrucción de la planta alta del edificio, los tensores fueron cortados y algunos penden aún de las cabriadas de la cubierta como  testimonio de los sistemas constructivos originales del edificio que por desconocimiento e impericia  fueron destruidos con las obras de puesta en valor del hotel.


[1] Mauricio Chajchir. Viaje al país de la esperanza. Editorial Eduner.


Foto Claudia Agnes

Foto Arq Enrique Malbrán.

Mi agradecimiento a Claudia Agnes y al arq Enrique Malbrán por sus fotos.

viernes, 24 de julio de 2020

¿Qué queda del histórico Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud? Palabras finales


La utilización del término restauración, en este caso, tiene dos lecturas. Por un lado, desde un punto de vista coloquial, hace referencia al intervenir una obra patrimonial, ponerla en valor ya que ha perdido las características que le dieron entidad. Por el otro, podríamos considerar el término restauración desde el punto de vista de la especialidad, basada en lo que establecen las cartas internacionales que regulan la actividad profesional. Desde esta óptica podríamos tomar en cuenta la definición de uno de sus teóricos más importantes, Cesare Brandi[1], que define sus alcances al afirmar que “la restauración debe dirigirse al restablecimiento de la unidad potencial de la obra de arte, siempre que esto sea posible, sin cometer una falsificación artística o una falsificación histórica, y sin borrar huella alguna del transcurso de la obra de arte a través del tiempo”.
A partir de esta definición podríamos entonces hacer  mención a la falsedad artística e histórica como hechos destacables de las obras realizadas en el edificio, tanto como de la destrucción de esas “huellas” a la cual alude la definición,  tal cual ha demostrado este trabajo.
¿Por qué hablamos entonces de restauración?  Quizás las razones sean la ignorancia sobre los alcances  de su definición o el uso avieso del término para disimular el fracaso de la intervención y los errores cometidos, tanto por sus responsables profesionales como por las autoridades que avalaron dichas tareas.
Por ello es importante describir lo realizado comparándolo con el estado anterior a su intervención, mostrar los procesos constructivos, elementos, materiales y tecnologías que existieron en el edificio, que daban  valor al conjunto y que debieron ser preservados a partir de un proyecto de intervención profesional que los hubiese considerado.
El edificio es un bien privado, por ende se afirma que el propietario puede hacer lo que quiera. Obviamente esto es parcialmente cierto ya que existen leyes y ordenanzas que lo protegen y que debieron ser cumplimentadas.  Hay que entender también que el edificio es patrimonio de toda una comunidad que no tiene edificios catalogados ni en el ámbito provincial ni nacional y hubiese sido una oportunidad cierta qué General Alvarado se sumase al listado de bienes protegidos. El desastre de lo ocurrido ha alejado esta posibilidad y las autoridades parecen no darse cuenta de ello  enfrascados en justificar lo que es imposible de explicar.
Las obras del hotel han sido también un enorme fracaso para la sociedad de Mar del Sud ya que a la esperanza inicial le siguió la desazón y al desguace del 2012 la rapiña con el triste saqueo del edificio.
Les habían prometido un hotel que luciría como nuevo; fueron literales, y destruyeron todo el edificio para tratar de hacerlo a nuevo. En poco tiempo arruinaron lo que ni el clima ni el paso del tiempo pudieron hacer. En el descalabro, sus piezas y elementos constitutivos sólo sirvieron para adornar viviendas de la localidad, como objeto de venta en algún corralón de usado o como souvenir que recordara la historia del hotel.
Muchos necesitan creer, seguir creyendo que las obras avanzan. Piensan  en el hoy ya que no hay posibilidades de soñar con el mañana. Muchos creen por estar involucrados en las tareas, otros creen porque tienen miedo a no creer  y  otros porque hay que creer, pero nadie se digna investigar y consultar, a los que pueden dar respuestas,  sobre qué es lo que hay que hacer.
¿Qué sentido tiene “restaurar” un edificio si no se consolida lo existente, lo que sobrevive aún al paso del tiempo?
¿Qué sentido tiene “restaurar” si hace seis años que el edificio carece de la totalidad de la  cubierta?
La restauración debe entenderse como un objetivo de máxima. No podemos seguir afirmando que restauramos cuando las molduras agregadas a partir del 2014 se caen ante la sonrisa socarrona de las que aún subsisten desde 1891.
Para el habitante de Mar del Sud el hotel parece una carga que se manifiesta en la ignominia de observar desde hace 30 años un edificio clausurado, en ruinas y en pleno boulevard principal. Por ello apoyaron entusiastas los proyectos surgidos a partir de 2012 y que prometían su puesta en valor. Importaba el hacer, no importaba el cómo, esos eran hechos menores. Hoy ante el desastre de lo actuado esos preconceptos parecen entrar en duda. No se comprendió  que se estaba destruyendo al edificio, que se estaban perdiendo elementos, tecnologías, materiales y sistemas constructivos propios del siglo XIX que hacían a la calidad patrimonial del edificio y eran únicos en su especie.
Como siempre, se justifican errores expresando que no se podía restaurar el edificio, por sus costos, por su estado terminal, lo cual es fácil rebatir ya que con el mismo dinero invertido se podrían haber hecho las cosas bien.
General Alvarado tendrá que hacerse cargo de lo sucedido, de su mirar para el costado mientras se desarmaba el edificio, de apoyar las obras que destruyeron al hotel pese a las múltiples denuncias que alertaban sobre lo ocurrido. También es hora de repensar el edificio, ver que se puede hacer aún, dar un paso hacia adelante pensando en el futuro de Mar del Sud y su hotel. Para ello el municipio deberá asumir sus responsabilidades y emplazar al propietario a realizar las tareas con idoneidad bajo la dirección de profesionales y bajo la tutela de organismos que velen por la preservación del patrimonio. De no ser así, las obras continuarán desvirtuando diariamente al edificio y destruyendo lo poco que queda de él, único en su tipo en la Argentina y que General  Alvarado, por ignorancia y connivencia con los que perpetraron este desastre, se negó a preservar.





l[1] Teoría de la Restauración. Cesare Brandi. Alianza Forma. Alianza Editorial. 2002





Foto. Pablo Foche. 2020







sábado, 4 de julio de 2020

¿Qué queda del histórico Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud? 2da Parte

"Quizás, cuando muchos refieren erróneamente a las obras de restauración del hotel, este trabajo permita refutar esa definición. Las obras que se desarrollan en el hotel no pueden ser calificadas como tales  ya que se ha destruido y saqueado la totalidad del  edificio. Podríamos  hablar, hasta el día de hoy,  de una recreación libre que en su fachada principal esconde el sinnúmero de errores cometidos y que seguramente convertirán al edificio en la perfecta escenografía  para una “selfie” de verano". 


X        .- Cubierta.

Fue una de las grandes pérdidas del hotel ya que su frente había sido conservado original desde 1891 hasta el año 2014 en que fueron desmontadas sus pizarras. El desconocimiento de los actuantes determinó el reemplazo también de los entablonados originales por otros de pino que, en menor espesor y características constructivas, desvirtuaron la factura de las tareas. La colocación de una nueva cubierta de chapa trapezoidal color fue un despropósito tanto como la realización de la nueva cubierta que simula tejas de alerce y que en nada condicen, ni en lo simbólico ni en lo material, con la cubierta  original del edificio. En la actualidad el contrafrente permanece sin cubierta permitiendo desde septiembre de 2014 el ingreso de agua al edificio.

Pizarra. Foto Laureano Clavero 2012. 

Chapa Trapezoidal color. Archivo P.Grigera. 2016

Tejas acero. Simil alerce. Foto P.Foche. 2019


X     .- Lucarnas.

Si bien las lucarnas que llegaron hasta nuestros días no eran las originales, ya que su morfología había variado con las intervenciones de la década del 30’, las actuales habían permanecido en el edificio por más de 80 años. Sus hacedores declararon que las mismas iban a ser restauradas e inclusive afirmaban que habían sido enviadas a  zingueros para su puesta en valor. Las actuales, distan mucho en proporciones y morfología de las que hemos conocido a las cuales se les ha agregado postigos de cierre desconociéndose el tipo de documentación sobre las cuales se han referenciado para su reconstrucción.

Archivo P.Grigera. 1997.

Foto Liliana Olivieri. 2019


ü     .- Muros exteriores.

Con seguridad serán una de las pocas cosas que sobrevivirán en el tiempo del edificio: la envolvente exterior de ladrillos.

X       .- Carpinterías.

Otra de las grandes pérdidas que ha sufrido el edificio son sus carpinterías. Si bien en el proyecto original presentado en el 2012 iban a ser puestas en valor con el tiempo fue sugerido su reemplazo por nuevas de PVC.  Al día de hoy el edificio carece de puertas y ventanas, incluyendo también la falta, en muchos casos, de sus marcos lo cual descartaría la idea de su puesta en valor. Algunas permanecen en el edificio y la mayoría han desaparecido vendidas o regaladas. Se han encontrado hojas de ventanas y postigos reutilizadas a nuevos usos  en viviendas de la localidad.

Archivo P.Grigera. 1997.
Archivo P.Grigera 2012.

X       .- Barandas de las galerías interiores.

La herrería de las galerías interiores conformadas por barandas de hierro y pasamanos de madera, permanecían desde los orígenes del edificio. Con el proyecto del año 2012 que descartaba el contrafrente fueron desmanteladas. Algunas se pueden ver por el poblado como cierre del frente de una vivienda y otras permanecen en el edificio.

Foto Laureano Clavero 2012.

Archivo P.Grigera .2016

X       .-Planta alta.

La planta alta del edificio fue desmantelada por completo. Se perdieron así para siempre todas sus puertas, divisiones internas de madera y mampostería que tenían un valor patrimonial y simbólico enorme. Inclusive existen relatos de los inmigrantes judíos que vivieron en el hotel en 1892 que hacen referencia precisa a esas tecnologías y debieron ser considerados en el nuevo proyecto del hotel.

Foto Arq E. Malbrán. 2017

Foto Arq E. Malbrán. 2017

X           .-Forjados de madera y pinotea.

Desmantelados por completo, desguazados y vendidos ya no queda nada de los entrepisos originales del hotel. Si bien debieron restaurarse, consolidándose estructuralmente, la complejidad de la operación fue simplificada con la realización de una losa de viguetas pretensadas y bloques de telgopor cuya estructura portante deberá ser verificada.

Foto D. Krajlev.

Foto: Arq E. Malbrán. 2017.

±              .-Mosaicos.

Al demolerse las galerías del edificio, lentamente fueron desguazándose los viejos mosaicos calcáreos. Muchos de ellos son vendidos en portales de venta, muchos otros adornan casas de Mar del Sud. Quedan aún algunos originales que es necesario conservar.

Foto: Arq E. Malbrán. 2017.
Archivo P.Grigera.

X       
.-Sótano.

Al desmantelarse los forjados sobre la planta baja y reemplazarse por una nueva losa se redujo la altura del local tornándolo inviable salvo para su uso como depósito. Se ha perdido así la oportunidad histórica de dar vida a ese espacio que hubiera dotado al edificio de mayor superficie y alternativas de uso.

Archivo P.Grigera. 1998.

Foto Arq. E. Malbrán. 2017


ü    .-Fachadas laterales.

Únicas sobrevivientes del edificio original urge conservarlas e intervenirlas profesionalmente.

Foto Laureano Clavero. 2012.

Foto Laureano Clavero. 2012.


X        .-Escalera.

Desgraciadamente fue una de las primeras víctimas del desguace del 2012 ya que su destino estaba prefijado desde ese entonces: su venta. La madera era ampliamente codiciada por lo que fue desmantelada para su comercialización. Una nueva de hormigón, pésimamente realizada, ocupa el lugar de la original. Sus barandas permanecen en el edificio. Debe ser peritada debido a sus fallas constructivas.

Archivo P.Grigera. 2012.

Foto: Arq. E. Malbrán. 2017

ü    .-Columnas de fundición.

Con la demolición de los agregados del patio SE, apareció una columna de fundición original de la construcción y que conformaba la estructura de sus galerías tanto en planta baja como en planta alta. Estas fueron reforzadas  en la década del 30’por nuevas de hormigón. Su testimonio es de un valor arqueológico importante.

Foto Arq. E. Malbrán. 2017
Foto: Arq. E. Malbrán. 2017

X   .-Contrafrente.

Demolido por completo a partir del proyecto de puesta en valor presentado a las autoridades en el año 2012, su estado es penoso.

Archivo P.Grigera. 1997.

Foto: Laureano Clavero. 2012.

Agradecimiento a: Laureano Clavero, Liliana Olivieri, Diego Krajlev, Pablo Foche y arq Enrique. Malbrán


domingo, 7 de junio de 2020

¿Qué queda del histórico Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud? 1ra Parte.

A casi siete años de iniciadas las obras de puesta en valor del edificio es importante reseñar que  es lo que queda aún del edificio original. 
El tamaño de la destrucción es tan importante que quizás no exista ningún tipo de antecedente cercano en nuestro país que se equipare con lo sucedido. Si ello le sumamos que la preservación del patrimonio forma parte de la agenda actual de nuestras comunidades, y por ende se sancionan leyes que buscan su protección, estos hechos enfatizan la magnitud de la tragedia.
Quizás, cuando muchos refieren erróneamente a las obras de restauración del hotel, este trabajo permita refutar esa definición. Las obras que se desarrollan en el hotel no pueden ser calificadas como tales  ya que se ha destruido y saqueado la totalidad del  edificio. Podríamos  hablar, hasta el día de hoy,  de una recreación libre que  esconde un sinnúmero de errores cometidos y seguramente convertirán al edificio en la perfecta escenografía  para una “selfie” de verano. 
Vaya aquí la reseña de lo actuado.


X        .-Cerco perimetral.

Fue demolido por completo y realizado a nuevo .Su construcción recrea las molduras originales pero distan enormemente del diseño, proporciones  y gracia de las originales.

Archivo P.Grigera.1997
Foto Liliana Olivieri. 2018.

X        .- Portón principal.

Se encuentra desaparecido. Los actuantes originales declararon que se iba a restaurar o copiar su diseño. En 2014 fue colocado uno nuevo que ni siquiera respeta ni la materialidad ni el diseño del original.

Archivo P.Grigera. 1997.
Archivo P.Grigera. 2014


X        .- Balaustrada de acceso.

No existe documentación alguna que justifique  su colocación ni los copones que culminan en sus extremos. Debe considerarse como una licencia de los hacedores de las obras.

Archivo P.Grigera. 2012
Archivo P.Grigera. 2016.

±       .- Balaustrada del frente.

Las balasutradas de la galería de planta baja y alta fueron de las primeras acciones emprendidas por los responsables originales de las obras. Si bien auguraban una intervención profesional y correcta, el error en el número de balaustros colocados (11 originales contra 10 nuevos)  marca el nulo estudio previo realizado pese a existir documentación fotográfica que debió ser considerada como referencia previa a su intervención.

Archivo Laureano Clavero

Archivo Laureano Clavero

X        .- Frontis.

La aparición del año de construcción del hotel en el frontis del mismo, dejando lugar para colocar el de finalización de las obras, debe ser considerada como otra licencia  de sus hacedores originales, ya que nunca existió en tal lugar.

ü    .-Copón superior y molduras del frontis.

Fue otra de las primeras acciones emprendidas por la empresa de reciclajes original y que auguraban una buena intervención  al copiar correctamente molduras y restaurar el copón original.

Archivo P.Grigera. 2009.

Archivo P.Grigera 2014.


X        .- Revoques.

Fueron demolidos todos los revoques originales del frente del edificio. Esto generará la pérdida de testimonios de su pasado como ser las muestras de los pigmentos originales de sus muros y sus pliegues. Al hacerse a nuevo empleando materiales diferentes a los originales, se modificaron espesores que alteraron el diseño de molduras que luego serían recreadas. Debieron ser consolidados. Esta demolición llevó a perder molduras originales que ya no serán parte de su fachada.

Archivo P.Grigera. 2012
Foto. Mar del Sud, tu lugar. 2015

X        .- Molduras.

Si bien al principio fueron restauradas las del frontis  superior, con el paso del tiempo y el avance de las obras las demás molduras fueron demolidas y reemplazadas por premoldeadas que no condicen con el diseño original. Esto generará problemas en el encuentro con las otras fachadas que mantienen las originales.
Al no realizarse un replanteo previo a las obras muchas molduras han desaparecido simplificándose así el diseño original de la fachada.

Archivo P.Grigera. 2011

Foto Liliana Olivieri 2015.

X        .- Modillones.

Si bien el estado de los modillones era malo, esto no ameritaba su demolición. Debieron ser consolidados, restaurados y vueltos a colocar en su ubicación original. Cuando hubiese faltantes se debieron colocar réplicas diferenciando materiales, texturas, etc. Si bien las piezas fueron realizadas con solvencia, la demolición de las originales y el nulo registro previo determinó que se equivocara su cantidad y fueran recolocadas en un número menor en relación a las originales del edificio.

Archivo P.Grigera.1997.

Archivo P.Grigera. 2016

ü    .- Mensulones.

La copia de las piezas muestra un buen trabajo profesional. De todos los existentes sobrevivía solo uno, parcialmente completo, que sirvió de base para la realización de los nuevos. Este debió ser recolocado en el lugar original luego de restaurado lo cual hubiese sido un bello recuerdo de la habilidad de los artesanos que intervinieron en las obras allá por 1891.

Foto: Arq E. Malbrán. 2017
Archivo P.Grigera. 1997.
X        .-Cornisas.

Las cornisas de todo el frente del edificio fueron demolidas. Las nuevas presentan un ancho mayor que ha modificado las relaciones entre estas y las piezas escultóricas.

Archivo P.Grigera. 2012

Archivo P.Grigera. 2014.
X        .- Balcones.


Justificado, según los responsables de las obras,  en el estado estructural que presentaban, fueron demolidos todos los del hotel. Reconstruidos  erróneamente al carecer de un registro previo que mostrase como eran los originales, presentan características constructivas cuestionables que ponen en peligro su estabilidad.


Archivo P.Grigera. 1997.

Archivo P.Grigera 2018.

Agradecimiento a Liliana Olivieri, Laureano Clavero y al arquitecto Enrique Malbrán