Palabras Clave
HOTEL MONUMENTO PRESERVACIÓN DESGUACE RECREACIÓN
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Resumen.
¿Qué
lleva a saquear un edificio declarado Monumento Histórico Municipal?
¿Qué
lleva a su propietario a vender o regalar
sus piezas protegidas por ordenanzas municipales?
¿Qué
lleva a una sociedad a ser indiferente al saqueo del edificio?
¿Qué
lleva a un municipio a ser cómplice de la situación?
La historia de la arquitectura hotelera para los centros de veraneo de fines del
siglo XIX en la Argentina posee un elemento distintivo que se han repetido a lo
largo del tiempo: la destrucción de sus edificios.
La mayoría de ellos han desaparecido
fruto de cambios sociales y culturales que llevaron a un lento declive que
luego mutará en destrucción y saqueo.
Mantener edificios cuya explotación
comercial da rédito durante pocos meses al año ha sido desde siempre una tarea compleja.
Si a ello le sumamos sus características constructivas y proyectuales, que en la mayoría de los casos no han podido adecuarse a las necesidades
actuales, han determinado su difícil subsistencia en el tiempo.
Al día de hoy son muy pocos los edificios
que perduran, entre ellos el Hotel Quequén de 1895 y el Hotel Boulevard
Atlántico de Mar del Sud, cuya construcción se iniciara en 1889. Edificios semejantes han desaparecido para siempre como el Hotel
Bristol de Mar del Plata (1888), El Tigre Hotel (1888), el Liverpool (1890) de Necochea, etc.
A partir de principios de 2012 se dio
comienzo al desmantelamiento del contrafrente del hotel, Monumento Histórico
Municipal de General Alvarado.
Si bien desde siempre su “propietario” ha
vendido piezas del hotel nunca se lo había hecho en tamaña escala. Desde ese entonces, y ante la
indiferencia general, se ha continuado ininterrumpidamente el expolio. Esto se
ha ampliado al resto del edificio escondido en proyectos que intentan ponerlo
en valor burlando las leyes y ordenanzas existentes que protegen al edificio.
Este trabajo pretende dar respuestas que
permitan comprender lo sucedido.
Introducción.
El Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud
es quizás uno de los últimos exponentes en pie de la arquitectura hotelera para
los centros de veraneo de fines del siglo XIX de nuestro país.
Ubicado a 17km al sur de Miramar,
Provincia de Buenos Aires, este edificio
se ha convertido en el mayor referente patrimonial del Partido de General
Alvarado y en la principal atracción turística de la localidad. (Fig 1)
Construido a partir de 1889 a instancias
del Banco Constructor de La Plata, la quiebra del banco, el suicidio de su
director principal y los distintos cambios de manos en la propiedad del bien
determinarán que recién sea habilitado en las primeras décadas del siglo XX.
Si bien no fue un hotel de lujo, su
aislamiento conspiró a que pudiese ser dotado de mejores materiales y sistemas
constructivos. Este hecho contribuirá también a que se mantuviese incólume a
través del tiempo.
La calidad y simpleza del proyecto
arquitectónico sea quizás uno de los
mayores legados del edificio. Pese a las modificaciones sufridas, ha
mantenido sus líneas originales las cuales
debieran ser preservadas.
El valor del edificio no sólo radica en
sus características arquitectónicas ya que también fue el primer alojamiento,
entre enero y abril de 1892, de un grupo
de inmigrantes judíos rusos conocidos como los “Pampistas”, que serán la
génesis de las colonias judías de la Provincia de Entre Ríos.
Figura 1. (Archivo P.Grigera. 1929) |
Entre los años 20’ y fines de los 40’ el edificio
se convertirá en una alternativa a las propuestas hoteleras que proponían Mar
del Plata, Miramar y Necochea. Si bien a
mediados de los 30’ el hotel fue completamente restaurado, con el transcurrir
del tiempo las inversiones y mejoras fueron menores alejando al edificio de los
requerimientos hoteleros básicos necesarios para funcionar.
Las dificultades de manutención, los
problemas legales y en especial el problema de su dominio han sumido al
edificio en un estado ruinoso, el cual se ha visto incrementado con el paso de
los años. Estos hechos determinaron, a
principios de la década de los 90’, su clausura definitiva, su posterior intrusión y la restitución a su histórico “propietario”
en el año 1996.
A partir de entonces, y ante su falta de medios para mantener el
hotel, quedará sumido en el abandono y la decadencia.
A partir del 2012.
A principios de 2012 fue destruido el
contrafrente del edificio. 44 puertas de dos hojas, 88 postigos interiores, 174
celosías de madera, enorme cantidad de tirantes, 500m2 de pinotea, fallebas,
cerraduras, 84ml de baranda de hierro forjado de sus patios, mosaicos y demás
elementos fueron desmantelados y
preparados para su venta. (Fig 2 y 3)
Figura 2. (Archivo P. Grigera. 1997) |
Figura 3. (Archivo P. Grigera. 2014) |
Las reacciones no se hicieron esperar tanto como las denuncias sobre camiones que
llevaban las piezas para ser vendidas fuera de la localidad.
A mediados de julio del 2012 los diarios Clarín
y La Nación se harán eco de los hechos como también audiciones radiales de
prestigio nacional. [1]
Unos meses después un grupo inversor
presentará al intendente de Gral Alvarado un proyecto de puesta en valor que “casualmente”
descartaba ese sector del contrafrente del edificio. Para el gobierno, este
hecho permitía tener esperanzas de poder encauzar un problema que se había
convertido en incómodo y que quizás había tomado por sorpresa a sus
autoridades. Finalmente, el municipio tomará como propio el nuevo proyecto y para
ello ubicará a la secretaria de cultura
para fiscalizar sus avances y el trato con los inversores.
La explicación al desguace del edificio
hay que encontrarla no solo en que ese sector del edificio era descartado en el
proyecto presentado por el grupo inversor sino también servía al “propietario”
para hacerse de dinero para poder absorber los gastos que el proyecto implicaba
ante la dudosa situación legal del bien. Para ello era necesario poner en orden
su dominio que poseía un pedido de herencia vacante y eso salía dinero.
Hay que recordar que el edificio es
Monumento Histórico Municipal por ordenanza 247/88[2] y
está protegido, entre otras ordenanzas, por el por el Código de Preservación
Patrimonial del Municipio de General Alvarado (ordenanza 307/00)[3].
A mediados del 2013 se dieron inicio a
las tareas concentradas en el sector central de la fachada. Para ello, los
responsables del grupo inversor contrataron una empresa de reciclajes. Las
tareas comenzaron con el arreglo de los revoques existentes, la restauración de
molduras y la reconstrucción del frontis y copón superior. El inicio era
auspicioso pero luego se comenzaron a
cometer errores infantiles como demoler las molduras de sus cornisas,
agregar el año de inicio de la construcción del edificio, el cual nunca había
existido allí, y la reconstrucción de la balaustrada del frente donde
equivocaron el número de las piezas componentes.(Fig 4)
El avance de las tareas y la profusa
publicidad de las obras en los medios locales y nacionales suscitaron un gran
interés por ver al edificio restaurado. El apoyo logrado por el grupo inversor
había sido importante también entre la población e instituciones locales. La
posibilidad de que Mar del Sud viese reflejada esa inversión era un hecho
central y esperanzador. Para ello fueron convocadas inmobiliarias, la sociedad
de fomento, la cooperativa eléctrica y hasta historiadores locales a los cuales
se involucró en el proyecto.
Figura 4. (Archivo P. Grigera. 2014) |
Por estos tiempos la apoyatura del
gobierno municipal a las tareas era cautelosa, lo cual queda reflejado en el
permiso dado que se extendía por un período de tres meses, es decir entre agosto y noviembre de 2013. Mostrar
obras era necesario para el intendente de Gral Alvarado ya que era importante
visibilizar estos hechos nacionalmente ante las cercanas elecciones que lo
elegirán como senador por la Provincia de Buenos Aires.
Los problemas de dominio del bien y la
necesidad de dar inicio a las obras determinarán la solicitud de un permiso
provisorio de obra que, pese a la carencia de titularidad clara del bien, será
dado por el municipio. En la presentación se recalcaba esa falta de dominio,
pero era potestad absoluta del municipio el dar dicho permiso, justificado en
la necesidad superior de su restauración.
El propietario participaba del proyecto
aportando su dominio sobre el edificio y el grupo inversor el dinero necesario
para lo cual conformaba un fideicomiso que dejaría ganancias tanto para el fiduciante
enajenante (el propietario), como para
el fiduciante originante (el responsable del grupo inversor). [4]
Las obras eran dirigidas por un
profesional, representante técnico y socio en el emprendimiento, del cual se desconocen sus antecedentes en relación
a la actuación sobre edificios de valor patrimonial. Sus directivas y alcances en relación a los
trabajos quedaron registrados en la documentación presentada al municipio,
entre ellos: “la puesta en valor y restauración de los componentes murarios,
ornamentales, frisos y balaustres y revoques y la restauración y el
reacondicionamiento de las aberturas existentes para lo cual se adjudicará la
obra por contrato a un tercero” [5]
La
caída del grupo inversor.
Entre octubre y noviembre de 2013, y acusados de estafa, el grupo inversor que
tanto había esperanzado a la comunidad de Gral Alvarado, abandonará las obras.
Las mismas quedarán detenidas hasta fin de ese año en que los subcontratistas
de las mismas, y principales afectados junto al “propietario” del inmueble,
continuarán las tareas apoyados por un nuevo y misterioso inversor. Pero, ¿Quién aportaba el dinero? ¿Cómo era
posible que caído el grupo inversor original uno nuevo invirtiese
inmediatamente dinero en la obra?
Como resultado de esta “aventura” el
edificio había perdido la totalidad de su contrafrente no habiendo responsable
alguno de estos hechos ni de la desaparición de sus elementos componentes,
muchos de los cuales habían sido vendidos en corralones de Miramar.
La
caída del grupo inversor fue un gran golpe para las esperanzas de la
población de Mar del Sud y especialmente para el gobierno municipal que se sintió
estafado por el dudoso accionar de la empresa. Por primera vez en años se habían visto avanzar obras en el frente derruido
del histórico edificio, lo cual no era poco. Ni que decir del gobierno
municipal que silenció cualquier referencia al tema, pero la aparición de un nuevo
inversor que financiaría las obras fue la salida perfecta que le dio al nuevo gobierno
la posibilidad de esconder su propia responsabilidad. Es por ello que se
obviarán todas las cuestiones legales referidas a permisos de obra dando vía
libre a las tareas ahora dirigidas por los subcontratistas de la obra.
Al no estar claro el dominio del bien era
imposible dar un permiso de obra definitivo, que se hacía extensivo a la
posibilidad de firma de dichos permisos y presentaciones municipales. Esas
carencias legales eran extensivas también a los encargados de la empresa que no
poseían matriculación alguna en colegios profesionales ni conocimientos
suficientes para encarar las tareas.
Para el propietario era un volver a nacer
ya que presuroso dio por concluida su relación contractual con el grupo
inversor ante el incumplimiento efectuado por lo que tenía el camino allanado
para negociar con el nuevo y misterioso inversor. Lo que en décadas había sido
imposible en dos meses fue posible: conseguir un inversor que proveyese de
dinero para realizar las obras.
Los subcontratistas carecían de conocimientos
profesionales sobre como restaurar el edificio. Eran buenos artesanos
especializados en la realización de piezas premoldeadas con un currículum que
exaltaba esas acciones y que destacaban obras de restauración realizadas
inclusive en la Casa de Gobierno. Lo que no mencionaban era que, en esos casos,
su actuación era dirigida por profesionales de la arquitectura que los habían
contratado para realizar diversas tareas, entre las que se destacaban la
hechura de piezas decorativas, pero no para la dirección de las obras de puesta
en valor de un edificio de tamaño valor patrimonial.
La
prosecución de las obras.
A partir de principios de 2014 se prosiguieron
las tareas. Para ello inexplicablemente se desarmó todo el interior del hotel
extendiendo el alcance de las obras a la totalidad del edificio. Estas tareas
se realizarán sin dirección profesional, ni permiso de obra alguno.
A partir de esta intervención se perderán
enorme cantidad de elementos de valor: todos los entrepisos del cuerpo
principal materializados en madera, puertas interiores, ventanas de la fachada
principal, lucarnas, su portón principal, rejas y demás elementos de
incalculable valor patrimonial y que habían prometido preservar.
Al avanzar sobre el resto de la fachada
principal se demolieron los balcones, la totalidad de los revoques originales,
se destruyeron las molduras y ornamentos decorativos, su cubierta de pizarra,
perdiéndose así para siempre estos
vestigios del pasado del edificio. ( Fig 5)
El apoyo de la población era unánime. Veían
el avance de las obras pero no comprendían el daño que se estaba realizando.
Los subcontratistas se habían convertido en las personalidades más respetadas
del poblado logrando incluso el apoyo unánime de los principales referentes
culturales de General Alvarado.
Con las primeras críticas a la labor
profesional de los actuantes algunos empezaron a comprender que se estaba
destruyendo al edificio.
El gobierno municipal continuará haciendo
la vista gorda a las tareas pero ante el cariz que tomaban las denuncias, que
inclusive motivarán una presentación ante la Defensoría del Pueblo de la
Provincia de Buenos Aires[6],
solicitará a los actuantes regularizar lo
referente a los permisos de obra, hecho que nunca podrán cumplimentar.
Figura 5. (Archivo P.Grigera. 2015) |
En junio de 2014 las obras serán paradas.
El desmantelamiento de los forjados del edificio puso en peligro la estabilidad
del edificio. La carencia de documentación debió ser causal también de clausura
ya que, como recordáramos, los intervinientes carecían de matrícula profesional
alguna.
Vendido el hotel, la relación entre el
antiguo y el nuevo propietario será singular. El acuerdo entre ambos estipulaba
el usufructo hasta su muerte (quizás de ahí en adelante por parte de sus hijos)
de las construcciones sobre la calle 15 a las que se denominan como los “appparts”
y que son viviendas de alquiler y se encuentran dentro de la manzana histórica
del hotel. Esto permitiría al antiguo poseedor mantener un ingreso económico y terminar
sus días en el hotel, tal cual era su deseo.
Avanzar sobre la totalidad del edificio
implicaba mayor trabajo para los actuantes, más tiempo de obra y posibilidades
laborales que sólo ellos podrían cumplimentar ya que contaban con el apoyo
unánime de la población, de su empleador y del municipio, al que la prosecución
de las tareas alejaba del oprobio de dar explicaciones por el desguace del
edificio y la caída del grupo inversor anterior, al cual el municipio había apoyado
entusiastamente.
En enero de 2015 las obras continuarán
con el reemplazo de las molduras de sus cornisas por piezas premoldeadas que ni
siquiera copiaban el diseño original de las mismas o, en el caso de los
modillones bajo sus cornisas, equivocaban el número de piezas a colocar. (Fig 6
y 7.) Posteriormente se iniciará la colocación de las chapas trapezoidales de
la cubierta que reemplazaban a las pizarras de la cubierta original.
Figura 6. (Archivo P. Grigera. 1997) |
Figura 7. (Archivo P.Grigera. 2016) |
En abril las obras serán nuevamente
paradas ya que el reemplazo de la cubierta no se correspondía a lo prometido de
sustituir las pizarras por piezas nuevas realizadas en resina.
La enorme sucesión de errores
resquebrajará el apoyo absoluto a las obras. La pobreza de imagen que generaba
la nueva cubierta de chapa contrastaba con la de la cubierta original que había
sido preservada durante más de 120 años.
Los desaguisados de las obras obligarán
al nuevo intendente a opinar sobre las mismas. En declaraciones radiales se mostraba
preocupado por el lento avance, reconocía el desguace y el peligro de derrumbe,
como también elogiaba la profesionalidad de los actuantes evitando mencionar el
peligro de derrumbe y la carencia de aprobación municipal.
Pese a las distintas clausuras las obras seguirán.
La falta de controles efectivos esconde, no sólo la carencia municipal de
personal preparado para esas tareas sino también la desobediencia absoluta de los
responsables de las obras que siempre prosiguieron con las obras. Si bien dejaban
por un tiempo las tareas de la fachada
principal, las visibles, por otro lado
continuaban con las no visibles, las del interior de la propiedad.
En julio de 2016 el diario La Nación
publicó una nota a página entera sobre el hotel[7].
En ella, sorprendentemente el secretario de obras del municipio declara que las
obras estaban paradas por fallas en la seguridad y por el no respeto al
patrimonio del edificio desde hacía ocho meses, es decir, desde diciembre de
2015. Había una causa en el tribunal de faltas y una multa de 50.000$ que no
había sido abonada. Lo sorprendente era que la nota era acompañada
por imágenes del hotel con montículos de arena, piedra y viguetas premoldeadas:
las obras continuaban en su interior reemplazando los forjados de madera
originales.[8] (Fig
8 y 9)
Figura 8. (Foto D.Krajlev) |
En agosto de 2016 fallecerá el encargado
de las obras quedando las mismas detenidas o con movimientos menores a cargo de
un nuevo responsable: el subcontratista del subcontratista.
Con el avance de las obras se sumarán a
las tareas, en un número menor,
pobladores de Mar del Sud. Las denuncias mediáticas continuarán fuertemente y las
obras avanzarán con una lentitud pasmosa Por esos tiempos desaparecerán del
edificio 36 puertas y ventanas, 144 postigones y celosías de madera del cuerpo
principal del edificio.
El fallecimiento del responsable de la
empresa de reciclaje generará una gran congoja en la población temerosa del
destino de las obras. La población a estas instancias estaba dividida entre los
que apoyaban las obras y los que las criticaban, pero la presencia de
pobladores locales entre los responsables de las tareas motivará la simpatía y
el apoyo hacia esos trabajadores.
El gobierno continuará con el apoyo
público en la voz de sus funcionarios tratando de justificar lo injustificable
pese a la enorme publicidad en contra.
La decisión de cómo proseguir con las
tareas obligará al nuevo propietario a encontrar soluciones. La primera fue
encomendar la realización de las tareas en un nuevo encargado que ya estaba
trabajando en el hotel. Esta decisión le permitía también tener mayor control
sobre las tareas ya que este reclamaba derechos sobre 32 ha de tierras en un
sector de Mar del Sud cuya posesión fue
“cedida” al nuevo propietario del hotel poseedor de mayores medios para hacer
efectivo el reclamo sobre dicha tenencia.
La segunda gran decisión implicaba contratar a un profesional
que pudiese hacer un proyecto del hotel y ser la cara visible legal de las
obras para lo cual convocará a uno de su confianza.
Para los nuevos actuantes la
responsabilidad era enorme tanto como su desconocimiento de que hacer.
Nuevamente la carencia de dirección profesional era evidente y seguía sin
existir dirección profesional matriculada alguna.
Un
volver a empezar.
Durante el año 2017 el desarrollo de las
obras fue casi nulo y concentrado en los interiores del edificio. El empleo de no más de cinco personas no
permite grandes avances en las obras pero si mantener la imagen que las tareas
no están detenidas. Desgraciadamente, hacia julio de ese año, será demolido el
sector derecho del histórico muro perimentral del frente del edificio y que
también sobrevivía desde el origen del edificio. (Fig 10 y 11)
Figura 10. (Archivo P. Grigera. 2016) |
Figura 11. (Foto Liliana Olivieri 2018) |
Para los pobladores de Mar del Sud que
mano de obra local estuviera a cargo de las obras era importante lo cual motivará
un apoyo cerrado por parte de la población estable.
El gobierno reforzará su apoyo a partir
de una reunión realizada con el propietario en el que este se comprometió a la prosecución
de las tareas. Esto quedará en evidencia a partir de las expresiones del director
de cultura del municipio: “En su momento
se había parado la obra por parte del municipio porque había requisitos que no
se estaban cumpliendo. Estos requisitos de poder hacer la fachada de
determinada manera, utilizar determinados materiales, tener determinados
requisitos para realizar ese trabajo y el municipio lo había frenado. Ahora ha
reconocido todas esas falencias que tenía y ha regularizado dicha situación y
las obras están por comenzar de nuevo”.[9]
Es singular también su referencia a los
aspectos legales de la propiedad al afirmar: “hoy hay un dueño que está terminando de hacer todos los papeles de la
propiedad, de lo que es el dominio. El dominio es la titularidad del bien y
están trabajando”[10].
Ahora bien, si no hay dominio o este está en trámite: ¿Cómo se le dio
permiso a los distintos grupos inversores para encarar las obras?
Para el propietario la disyuntiva era
clara: invertir o perder lo invertido. No había opción y cada decisión tenía sus consecuencias. Invertir significaba poner mucho dinero, no
sólo de las obras sino también de impuestos y tasas adeudadas. Abandonar las obras
implicaba, no solo perder dinero, sino
también deshacer compromisos pactados con el gobierno. Las palabras del
secretario de cultura y las posteriores noticias de la continuidad de las obras
aparecidas en los diarios zonales, confirmarán lo decidido.
La noticia de la continuidad de las obras
llevó alivio a los actuantes que harán públicas las buenas nuevas. El trabajo
en el hotel tendría continuidad.
En marzo del 2018 el diario La Capital de Mar del Plata[11] publicó una nota sobre la continuidad de las
obras. Los compromisos establecidos entre el propietario y el gobierno parecían
estar encaminados. Finalmente, el propietario pagará la multa definida en
44.000$. Las obras avanzarán sobre la reconstrucción de los balcones, impunemente demolidos, y cuyas
líneas proyectuales serán burdamente alteradas[12]. (Fig 12 y 13)
Figura 12. (Archivo P. Grigera. 2009) |
Figura 13. (Archivo P. Grigera. 2018)
|
En agosto se completará la demolición y
reconstrucción del sector izquierdo del muro perimetral, que ni siquiera
respetaba las líneas proyectuales ni materiales del original.
La segura continuidad de las obras
envalentonará a los defensores de las obras que verán plasmados avances en las
balcones y expresarán en las redes sociales la defensa cerrada de las mismas.
Este año se caracterizará también por el pedido de informes solicitado al
municipio por parte del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires.
En agosto, el edificio sufrirá una nueva clausura[13] y
el Director de Obras Privadas del Municipio explicará las causas al afirmar: “Hace unos días mantuvimos una reunión con el
propietario y profesional responsable, acordamos que los trabajos van a estar
parados, inclusive el cerco perimetral que era lo último que se estaba
realizando, hasta que se cumplimente toda la documentación legal y lo
concerniente a lo edilicio. Hay interés de todas las partes involucradas para
que el proyecto termine”.[14]
La causa principal de esta clausura hay que
encontrarla en la contundencia del pedido de informes realizado por el Colegio
de Arquitectos[15] que detallaba las
irregularidades de las obras y solicitaba respuestas a los cuestionamientos
planteados. Al día de hoy aún no ha sido respondido por el gobierno municipal.[16]
Mientras tanto, el propietario encaraba
la presentación de los planos ante el gobierno municipal hecho, que como era de
esperar, no sufrirá inconvenientes. En el caso del Colegio de Arquitectos de la
Provincia, las cosas no serán tan sencillas. Los planos fueron presentados en
la delegación Miramar, en que serán observados, en especial en lo referente a
las superficies declaradas que no coincidían con las reales. Se intentará hacer
una nueva presentación en la delegación Vicente López, donde también serán
observados para finalmente ser presentados en la de Mar del Plata, donde serán
finalmente visados.
La actividad del proyectista parece estar
circunscripta solamente a la realización del nuevo proyecto y a la presentación de los planos. Para
ello contratará la labor de gestoría con profesionales de Mar del Plata quienes
fueron los encargados de llevar a cabo las tareas que luego firmará el nuevo
profesional.
Mar del sud es el patio trasero de
Miramar, es un pueblo con sus propias reglas e idiosincrasia. Un pueblo
veraniego donde la temporada se reduce a unos pocos meses al año y tiene
inviernos difíciles de sobrellevar para el poblador local.
A principios de enero de 2019 se produjo
una reunión de pobladores y veraneantes que se congregarán frente al hotel mostrando su preocupación por la actualidad
del edificio. Este hecho será reflejado por medios periodísticos locales y
zonales[17].
Un día antes, y a consecuencia de la publicidad previa dada al encuentro, fue
colocado el cartel de obra. Luego de 6 años y medio de iniciadas las obras del
hotel por primera vez había un cartel de obra que consignaba los datos del
profesional a cargo y el número de expediente municipal otorgado.
La actualidad de las obras durante el
resto del año 2019 se redujo al
reemplazo de la cubierta por una nueva de chapas que, según el fabricante,
simulan tejas de alerce (¿?), dejando aún inconcluso el contrafrente de la
cubierta y permitiendo así el ingreso de agua al edificio, que ya lleva más de
5 años. (Fig 14)
Figura 14. (Foto Enrique Malbrán. 2019) |
Las obras avanzan a cuentagotas. El
mostrar que se avanza es imprescindible para mantener el relato que las obras
prosiguen. La conservación del patrimonio se ha convertido simplemente en una
escenografía.
Hay que entender que los principales
defensores de las obras del hotel son
los mismos que trabajan en el edificio o están relacionados con sus tareas o
las han apoyado desde el inicio. Aquellos que pueden beneficiarse con que las
obras prosigan, tal cual ocurre desde hace 6 años y medio. Defienden su
trabajo, su futuro, no el patrimonio que representa el hotel ya que de importar
no se hubiesen hecho los distraídos ante
el impune comercio de sus piezas desguazadas.
Involucrar al poblador local en las obras
como mano de obra ha sido un acierto. Involucrar a algunos pobladores locales
en los propios negocios que pudiesen generar el edificio o la probable
comercialización de 32 ha aledañas en litigio, una juzgada riesgosa. Esto
vincula además el posible negocio de esas tierras con el otro gran reservorio
patrimonial de Gral Alvarado: el viejo Hotel Mar del Sud[18]
que se encuentra enterrado bajo la arena y fuera descubierto en el año 2010.[19]
Para el habitante del lugar, el valor
patrimonial del hotel, es nulo. Nunca lo han visto en funciones y su empatía
con el edificio se reduce al paso diario por un edificio en ruinas del que se
ha perdido la percepción sobre su
importancia patrimonial.
Para el gobierno municipal hay compromisos a cumplimentar con su
propietario, promesas incumplidas que son extensibles a uno y otro lado. La
ausencia del estado en ejercer el contralor de las obras que se realizan es
significativa tanto como sus fallas en fiscalizar
las tareas.
Las múltiples clausuras de las obras del
hotel son un indicativo de lo repetitivo de la situación donde por un lado el
gobierno declama clausurar obras y por el otro permite la continuidad de las
tareas, no tomando conciencia que con cada prosecución de las mismas se destruye
aún más el hotel.
Los edificios no se deterioran por si
solos. Hay múltiple causas, desde la imposibilidad de su manutención a la
dificultad y costos que implica su
intervención pero, cuando un edificio es el mayor bien patrimonial de una
comunidad y el estado se convierte en cómplice de lo sucedido, no existen leyes
ni ordenanzas que puedan proteger a este tipo de bienes.
Para el inversor, el hotel quizás ha sido
un error de cálculo. Compró un bien devaluado económicamente tanto como
derechos sobre tierras en litigio que quizás sean el verdadero objeto de la
inversión. También ha significado su exposición pública, el misterioso inversor
tiene nombre y apellido y hasta tuvo calle con la cual fue visibilizado por los
mismos a los que les dio trabajo. Pero también hay que comprender que su nombre
no sólo ha sido asociado a un negocio sino también puede quedar señalado como
el principal responsable de un desastre patrimonial del que hay pocos
antecedentes recientes en nuestro país.
Seguir
Invirtiendo dinero implicará forzar
apoyos políticos, municipales,provinciales y nacionales que difícilmente quieran asumir un problema de esta
envergadura.
El nuevo profesional a cargo de las obras
ha aportado su trabajo profesional por
el cual ha sido remunerado, como también ha cumplimentado el pago de derechos y
aportes que exige el ejercicio profesional. Sus obligaciones con el que lo
contrató, lealtad también extensible al ámbito privado, lo mantienen atrapado en esta disyuntiva. Dirige las obras
a distancia, tal cual se deduce de lo que expresa el cartel de obra, delegando
la realización de las mismas en manos desconocidas. Es un juego vertiginoso
donde sus responsabilidades lindan con el peligro de un mal trabajo profesional
y su nombre queda asociado a gestiones cuestionables para las cuales ha dado aprobación.
La
lenta aparición de las piezas saqueadas.
Desde hace un tiempo han empezado a aparecer en Mar del Sud
elementos del hotel vendidos o regalados a partir del 2014.
Si bien desde siempre se han observado en
algunas viviendas de la localidad elementos del edificio, nunca lo fue en la
magnitud actual. El vaciamiento total
del hotel liberó enorme cantidad de elementos: pinotea, mosaicos calcáreos,
postigones, rejas, herrajes, que han sido reciclados a nuevos usos.
Hay que comprender que vender estos
elementos no es una tarea sencilla. Los primeros beneficiarios quizás hayan
sido corralones de la zona y profesionales para los cuales las ventanas y la
madera puedan ser un buen negocio económico. Para ello, es indispensable
fraccionar los elementos, todo es vendible por separado. Es así, que salvos
casos puntuales, las ventanas serán vendidas sin sus postigones, celosías y
herrajes que serán comercializados o descartados individualmente.
La pinotea de sus pisos ha sido vendida o
regalada a carpinteros de la zona o a particulares que han reutilizado las
mismas en la confección de muebles. El volumen de madera es enorme si se
considera que en esa primera etapa del desguace fueron desarmados los
entrepisos descartados en el proyecto del grupo inversor original y que
correspondían con las alas de habitaciones del hotel.
A partir del avance de las obras sobre el
cuerpo principal del edificio, y dado el diseño de sus entrepisos realizado con
forjados de madera, mayor cantidad de pinotea y tirantes se ha sumado a la
venta. Como consecuencia de ello se han podido observar maderas que hoy decoran
solados de cemento alisado de nuevas viviendas.
Ni que decir de los marcos y contramarcos
de las puertas o zócalos de sus habitaciones reutilizadas y vendidas como
souvenirs. Aún hoy es posible encontrar enorme cantidad de madera en campos
aledaños ya que muchos tirantes han sido reutilizados como cercos divisorios de
predios. (Fig 15)
Han sido recicladas celosías que han sido
reutilizados como frentes de placard o se han vendido también, en portales de venta, fallebas
centenarias.
La escalera principal, el eje
circulatorio principal del edificio, fue desarmada por completo y vendidas sus
alzadas y pedadas de madera quedando en el edificio solo sus barandas de hierro
y pasamanos que carecían de valor para los que adquirieron las piezas[20].
Ni siquiera el escombro de su demolición se
ha salvado. Por un lado se ha reutilizado para rellenar el sótano, el cual ha
reducido sus dimensiones originales, y por otro ha sido regalado para realizar
contrapisos en viviendas de la población[21].
Figura 15 (Archivo P. Grigera. 2017) |
Las barandas de sus patios fueron
desmontadas, coincidente con el descarte del sector que planteaba el proyecto
original del grupo inversor, y han sido reutilizadas como verja del frente de
una vivienda de la localidad.(Fig 16)
Figura 16. (Archivo P. Grigera 2016) |
Se han descartado los mosaicos de sus galerías
los cuales, en algunos casos, adornan el porche de viviendas nuevas de Mar del
Sud o se han vendido por lote al mejor postor. (Fig 17 y 18)
Figura 17. (Foto Enrique Malbrán. 2018) |
El alcance del desguace es enorme y el
radio de influencia de la comercialización de las piezas se ha ampliado hasta
llegar al conurbano bonaerense.
Lo que estaba circunscripto al área de
Mar del Sud y localidades vecinas hoy se ha ampliado y promete seguir
ampliándose.
Palabras finales
Defender el hotel interesa en el discurso fácil, el de café o
el de las redes sociales. En realidad es una carga, inclusive para los propios
actuantes e inversores. Para los primeros lo que interesa son las promesas y
posibilidades que da el trabajo: estabilidad, algún obsequio de materiales,
posibilidades futuras. Mal o bien hay un ingreso económico y eso ya es mucho.
Para el inversor, ganar tiempo. Terminar de ordenar los papeles referidos a la
propiedad, buscar mejores tiempos, mantener las obras mínimamente avanzando con
una lentitud que exaspera y bajo una dirección profesional ficticia que solo
existe en los papeles.
¿Que se defiende en realidad, un sueño real? ¿Son conscientes aquellos que defienden las
obras que en 6 años y medio no ha habido
adelantos? Se ha utilizado el triple de
tiempo hasta hoy que el empleado en su construcción allá por mediados de 1889.
El hotel como bien patrimonial no
interesa. Quizás su imagen, su recuerdo
sean lo importante habiendo una distorsión enorme sobre qué es lo que se quiere
transmitir interviniendo el edificio.
Si el hotel interesase por su valor
patrimonial no se hubiera desguazado ni vendido sus piezas. Si importara como
patrimonio de una comunidad, la población no hubiese sido indiferente a su
desguace. Si el hotel interesase, su cubierta no sería hoy de chapas que imitan
las tejas de alerce. Si se creyese en su valor como patrimonio su propietario habría
contratado profesionales que dirigiesen las obras y hubiese consultado a
organismos públicos o privados que hubiesen podido ayudar.
¿Para qué se compró el hotel si su valor
está en el edificio, en su arquitectura, en su historia, en sus elementos
componentes y estos son destruidos
sistemáticamente día a día?
Claramente el valor del edificio está en su prestigio perdido, en el sueño de
tiempos mejores que no sabemos si alguna vez volverán, en su historia. Para
ello no importa en lo más mínimo realizar una intervención profesional, la cual
hubiese sido posible, importa el parecer, el simular que el hotel vuelve a
renacer, el mantener la esperanza.
Desgraciadamente
el error fue anterior, en la actuación de la empresa de reciclaje actuante que carente de dirección profesional alguna
encaró tareas para las cuales no estaban preparados y destruyeron el edificio.
Estos artesanos, conocedores de su oficio, nunca quisieron escuchar que estaban
actuando erróneamente. Fue una aventura
irresponsable avalada por un municipio
que insólitamente apoyó a aquellos que le prometían realizar las tareas con
profesionalidad. ¿Pero para que intervenir el edificio? ¿Cuál será el objetivo
de invertir en él?
Para
el municipio, está claro que dar vía libre a las obras era sacarse un problema
de encima. Decíamos que el oprobio que había generado el accionar del grupo inversor original había desgastado
la imagen del municipio, burlado por promesas grandilocuentes. Cayeron nuevamente
en la trampa, quizás no quisieron ver la realidad por más que fueron advertidos
de lo que ocurriría, pero la simple lectura de los antecedentes profesionales
de los actuantes no auguraba un buen final.
En estos últimos tiempos, y hecho ya el
desguace, es necesario devaluar el valor del edificio. Ya no es patrimonio
dicen, no hay nada que proteger. Si no hay nada que proteger su condición de
monumento se caerá y eso daría vía libre
a justificar y continuar con obras que han mal intervenido el edificio alterando
por completo su fisonomía. Estos argumentos buscan en realidad ocultar las
responsabilidades, y en especial las de
aquellos que avalaron las obras.
Anteriormente ya se había intentado
devaluar su condición de Monumento Histórico Municipal desconociendo la
ordenanza que lo declaraba como tal. Posteriormente habían intentado justificar
la legalidad de las obras solicitando un
pedido de aviso de obra al esgrimir argumentos que explicitaban que al trabajar
sobre la fachada del edificio con sólo un aviso de obra se cumplimentaban los
requisitos legales solicitados[22].
Desgraciadamente para aquellos que quisieron emplear estos argumentos la
envergadura de las obras no les permitió hacer creíbles estas explicaciones.
Asimismo se busca imponer un nuevo argumento
y es que su fachada principal quede solo como un testimonio histórico. Esto
permitiría dar un punto final al tema y justificar así lo sucedido olvidando que la fachada fue totalmente
desvirtuada por la negligencia de los que la intervinieron, de su propietario y
del propio gobierno municipal.
Sus responsables, por otro lado, necesitan dar un cierto viso de prestigio a
las obras y es por eso que recalcan el empleo de la palabra restauración al
referirse a las obras del hotel. Esa utilización avala la buena factura de las
tareas pero difícilmente podamos hablar de restauración cuando se han destruido
todo el edificio.
Quizás debiera hablarse de recreación,
pero ese término dejaría más a la vista los errores de factura cometidos sobre el
edificio.
Al día de hoy el inventario de lo perdido
es enorme y diariamente continúan desapareciendo elementos del
edificio, Monumento Histórico Municipal por General Alvarado, los cuales siguen
siendo impunemente comercializados a la vista de todos y a los cuales el estado
municipal debió proteger.
Quizás no haya muchos antecedentes
recientes en el país de lo sucedido con el hotel. Las obras seguirán así en un
juego de cumplimientos e incumplimientos donde el perdidoso siempre será el
edificio.
Academia.edu
Diciembre 2019.
Diciembre 2019.
[1]
Diario Clarín. Dicen que están desmantelando un emblemático hotel. 13-7-2012.
Diario La Nación. Carta de Lectores. 26-6-2012. Radio Mitre. Perros de la
Calle. 17-7-2012.
[2]
Esta ordenanza declara al hotel Boulevard Atlántico, Monumento Histórico
Municipal por su arquitectura, historia y leyenda. En su artículo 2º se
establece que “toda incorporación, arreglo o tarea de embellecimiento deberá
ejecutarse respetando rigurosamente su estilo inicial” así como el artículo 3º
destaca la “prohibición de tareas o reformas que pudieran afectar su valor
arquitectónico cultural”
[3]La ordenanza 307/00 denominada Código
de Preservación Patrimonial marca un avance muy importante en la protección de
los bienes patrimoniales del municipio y tiene por objeto: establecer las
acciones de preservación protección de bienes muebles e inmuebles, públicos o
privados considerados componentes del
patrimonio cultural, histórico, arquitectónico, urbanístico y paisajístico y
ambiental tutelados por la Constitución Nacional y la de la Provincia de Buenos
Aires.
Su importancia radica también en establecer la tutela oficial de los
bienes patrimoniales del Partido de General Alvarado y proponer acciones de registro, inventario,
relevamiento de edificios y conjuntos, etc.
Dentro de sus objetivos propone formular pautas jurídicas, económicas y
técnicas para lograr una adecuada preservación de los bienes. También el proponer programas de restauración,
conservación, investigación y convenios de cooperación con otras dependencias municipales y gestiona la
cooperación de la Comisión Nacional y
Provincial de Monumentos Sitios y Lugares Históricos, etc. La ordenanza prohíbe
en su artículo 8 “toda acción sobre los
bienes declarados de interés patrimonial que impliquen cualquier construcción,
modificación, alteración, ampliación, etc. salvo la autorización del
municipio.”
[4]
“El fiduciario enajenante recibirá la suma equivalente a 500.000U$S y
fiduciante originante recibirá la suma de 1.400.000U$S y adicionalmente lotes
indicados con los números 4, 5, 6. Los fiduciantes originantes y enajenantes
podrán transferir en forma parcial o total las unidades funcionales asignadas a
terceros, debiendo contar con la autorización del fiduciario”. Contrato de
Fideicomiso. Escribano Alberto Conesa Bernal. 18-9-2012. Fuente: Expte 4396.
Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires.
[5]
Escrito presentado al municipio el 27 de julio de 2012. Fuente: Expte 4396.
Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires.
[6]
Después de varios meses de trabajo, el 14 de febrero de 2014 se expedirá la
Defensoría del Pueblo de la Provincia
recomendando “a la Municipalidad
de General Alvarado, que en la autorización de obra requerida para la puesta en
valor del Boulevard Atlántico Hotel, se exija a la empresa encargada de
realizar los trabajos, el estricto cumplimiento de la normativa vigente según
las Ordenanzas 678/88 y 307/00”. Firmaba el escrito el Dr Carlos E.
Bonicatto, Defensor del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires.
[7]
Diario La Nación.16 de julio de 2016. “Del Lujo a la ruina: la frustrada
recuperación del Hotel Boulevard Atlántico”. Darío Palavecino.
[8] La
continuidad de las obras en el interior se concentraban con exclusividad en la
realización de entrepisos de viguetas premoldeadas y ladrillos de telgopor
apoyados en una estructura de vigas y columnas que apoyaban en los viejos cimientos
del hotel. Para ello habían horadado los muros de mampostería poniendo en
peligro irresponsablemente al edificio.
[9]
Radio Zona Miramar.89.3. Reportaje al Director de Cultura del MGA. Programa
Todo Cambia con Dolores Portero. 30 de octubre de 2017.
[10]
Ibidem
[11] Diario
La Capital. Mar del Plata. 25 de marzo de 2018. Retoman tareas de restauración
en el Boulevard Atlántico Hotel.
[13]
Diario La Capital. Mar del Plata. 26 de agosto de 2018. Paralizan obras de
restauración en el Boulevard Atlántico Hotel.
[14]
Ibidem
[15]
El pedido de informes estaba fundado “en virtud de encontrarse (el hotel) en un constante proceso de desmantelamiento,
demolición, construcción o alteración”. Describe las ordenanzas que lo
protegen, los alcances del desguace y las denuncias efectuadas. A partir de
ello se solicita informar sobre las acciones de inventario encaradas por el
municipio, la existencia de permisos de obra, certificados urbanísticos
visados, libre deuda municipal, superficies aprobadas, etc así como también la
identidad del propietario, empresa constructora, profesionales actuantes en
seguridad e higiene y demás. El pedido finaliza solicitando al intendente de
Gral Alvarado que “no ahorre esfuerzos en recuperar de manera urgente el poder
de tutela municipal sobre el más importante Monumento Histórico Municipal del
Partido de General Alvarado” sugiriendo la paralización de las obras sin
autorización, el envío al tribunal de faltas del caso y el asesoramiento de
organismos y profesionales especialistas.
[16]
Diario La Capital. Mar del Plata. 18 de junio de 2018. El Colegio de
Arquitectos pidió un informe sobre las obras en el Boulevard Atlántico Hotel.
[17]
Semanario El Argentino. Miramar. Reclaman protección de edificio histórico. 18
de enero de 2019.
[18]
El Hotel fantasma de Mar del Sud, datos de un rescate arqueológico. Daniel
Schavelzón - Pablo Grigera.
Centro
de Arqueología Urbana. FADU-UBA. 5 de enero de 2018.
[19]
El Hotel Mar del Sud, un misterio bajo la arena. Laureano Clavero-Pablo
Grigera. Ediciones Oblicuas. Barcelona. 2018
[20]
La escalera principal fue un botín codiciado. Desde el primer momento en que se
inicia el desguace del edificio se sabía de la venta de ella. Era sólo cuestión
de tiempo comprobar este hecho atroz. Su reemplazo por una nueva de hormigón
armado es singular ya que tiene la particularidad de estar mal realizada ya que
agrega dimensión a su descanso, emplea un escalón más a uno de los tramos de la
escalera y constructivamente está mal realizada, lo que deberá ser verificado
ante el peligro de la situación.
[21] La
reutilización del escombro como relleno de un sector del sótano evitaba el
descarte del mismo en volquetes, hecho oneroso y visible que hubiese despertado
suspicacias. Su volumen obligaba también, al no poder descartar la totalidad, a
ofrecerlo gratuitamente para el relleno de contrapisos en viviendas de la
localidad.
[22] Recordemos
que ese pedido puede ser realizado por el propietario eludiendo la necesidad de
un profesional.