Vista 1945

Vista 1945
Hotel Boulevard Atlántico. Mar del Sud. Año 1945. Archivo Pablo Grigera

sábado, 7 de enero de 2017

Los pasajeros del "Pampa" y su estadia en el Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud. 2da Parte.


A partir de los problemas surgidos en el Hotel de Inmigrantes, Loewenthal escribe al Barón con fecha 21 de diciembre informándolo de la situación: “los estambulenses rehúsan aceptar instalación provisoria. Exigen colonización definitiva inmediata o regreso a Europa”. El 22 de diciembre Hirsch responde el telegrama diciendo que “la descarada pretensión de los estambulenses es inadmisible… espero que renovéis con los estambulenses la imperdonable debilidad empleada en Mauricio[1]
Se decide finalmente conformar una comisión para viajar a Mar del Sud y verificar las condiciones de alojamiento que el hotel presentaba, periplo que insumirá varios días, por lo que es improbable que, luego de lo positivo de los informes traídos por los comisionados, los viajeros del Pampa partieran para Mar del Sud antes de principios de 1892.
En octubre de 1891 la Cía Argentina del Riachuelo vende el hotel a Tomás McDermott, suegro del Sr Schweitzer, con lo que queda claro que a pesar de que la propiedad pasaba  nuevamente a manos de allegados o familiares del Sr Schweitzer, su influencia seguía siendo  determinante. Prueba de ello es que a fines de 1891 es enviado a constatar los avances de la construcción del Hotel Boulevard Atlántico[2] su hijo Carlos, de 15 años de edad, quien se radica en la propia construcción ante la carencia de edificación alguna en el lugar. Quizás, podamos teorizar,  que el Sr Tomás Mc Dermott o el mismo hijo del Sr Schweitzer, Carlos, hayan tenido contacto con los recién llegados, los que se convertirán así en los primeros huéspedes del hotel.
Hay que que entender también que el alquiler del hotel fue un buen negocio para Schweitzer ya que le permitía no sólo costear los gastos de su construcción, sino también  pensar en poder establecer contactos profesionales con los delegados de un hombre de la importancia económica del Barón y de la cual seguramente conocía su poderío. Para Loewenthal  debió ser una actitud desesperada, una solución transitoria que le permitiera ganar tiempo, ya que hay que descartar la idea de una posible radicación en el área. Quizás haya que asociar todo esto con la total imprevisión de estos primeros tiempos de la historia de la colonización judía en la Argentina, que le costará el puesto a Loewenthal y la pérdida de confianza por parte del Barón Hirsch, que años más tarde y ante un pedido de ayuda de la mujer e hijos de Loewenthal, (fallecido en 1894) se las negará.
No existen registros del traslado desde Buenos Aires a Mar del Sud, los testimonios refieren al viaje en tren desde Constitución hasta Mar del Plata, viaje que debió insumir un gran número de vagones de ferrocarril, por lo que es posible que el convoy haya hecho el recorrido fuera del horario habitual. Desde Mar del Plata se trasladarán hasta Mar del Sud en carretas, (José Lieberman menciona el uso de 60 ellas) y que insumirán dos días de travesía.
Una de las grandes incógnitas que presenta esta historia es determinar el número de Pampistas que viajaron a Mar del Sud. Lieberman menciona que luego de los problemas surgidos en el Hotel de Inmigrantes aproximadamente 200 regresaron a Europa, mientras que Noe Cociovich[3] afirma que algunos también fueron enviados a Moises Ville. Otras teorías afirman que el grupo original se mantuvo unido hasta el retorno a Buenos Aires en marzo-abril de 1892 y que antes de su viaje final a las colonias de Entre Ríos otro grupo de aproximadamente 200 personas retornó a Europa.
A mi criterio es difícil imaginar que el hotel pudiese albergar 818 personas ya que sólo contaba con 70 habitaciones la mayoría de las cuales eran de dimensiones reducidas. Lieberman afirma que el grupo de solteros pernoctaba en tiendas en las cercanías del hotel pero que desarrollaban el resto de sus vidas en el hotel por lo que el grupo que llegó a Mar del Sud no debió superar las 400 o 500 personas.
La vida en el hotel debió implicar también una importante organización en relación a la logística necesaria para alimentar al grupo, hay testimonios también de casamientos y festejos  en sus instalaciones y es cierto también que muchos vínculos se iniciarán en el transcurso de esa estadía para luego concretarse ya asentados en Entre Ríos. Es interesante constatar la cantidad de matrimonios realizados entre Pampistas y los vínculos establecidos entre ellos que perdurarán en el tiempo.
En enero de 1892 se produce también una epidemia de tifus, algunos autores mencionan la posibilidad de psitacosis, pero lo cierto es que la salud de los recién llegados al puerto de Buenos Aires presentaba diversas enfermedades, por lo que es posible que haya detonado en Mar del Sud.
Lo cierto es que a causa de ellos se produjo la muerte de numerosas personas, según testimonian los sobrevivientes. Lieberman menciona su cantidad en decenas, mientras que Schallman no hace mención a la cantidad de fallecidos. Otros testimonios refieren al fallecimiento de 25 menores y un adulto, datos  que a mi criterio  son acertados, de acuerdo a las investigaciones realizadas a la fecha, cotejando en los distintos documentos con los que contamos. Según los testimonios fueron enterrados al otro lado del arroyo La Tigra.
Entender el hecho de la existencia de este posible cementerio obliga no sólo a adentrarse en el estudio de la documentación que existe sobre el tema sino también hurgar en los distintos testimonios de los viejos pobladores del lugar. Algunos de ellos informan de la aparición, años atrás, de restos humanos en las cercanías del arroyo, inclusive también a partir de la construcción de alguna vivienda de la zona, pero lo cierto es que mucho ha cambiado la topografía del lugar desde aquellos tiempos. Hay que recordar que el movimiento de la arena es continuo y quizás hoy se encuentre el sitio cubierto por toneladas de arena. Laureano Clavero ha probado la existencia de esas variaciones topográficas del sector a partir del cotejo de diversas fotografías.
Por otro lado la ubicación exacta del lugar debió tomar como referencia la única construcción existente del lugar: el hotel, por lo que es probable que el cementerio se halle perpendicular al hotel y a la vera del arroyo antes citado.
En la década del 40 se tuvieron noticias del hallazgo de restos humanos en Mar del Sud. Testimonios refieren a los comentarios realizados sobre este hecho pero que no han quedado plasmados en documentación alguna. Años más tarde, y según lo informa el Colono Cooperador de febrero de 1954, partió una comisión de descendientes de Pampistas desde Mar del Plata a inspeccionar el lugar y verificar su existencia. Desgraciadamente desconocemos si esta comisión logró detectar su ubicación o la presencia de los restos de los que fallecieron allí.
Entre marzo y abril de 1892 el grupo emprenderá el regreso en tandas a Buenos Aires, algunos de ellos quedarán en Mar del Plata curándose de la epidemia, otros permanecerán en Buenos Aires, una pequeña parte se radicará en distintos puntos de nuestro país, como así también  un importante número de ellos retornará a Europa para luego, en la mayoría de los casos, emigrar a Estados Unidos, mientras que el resto continuará viaje hacia Entre Ríos donde se radicarán definitivamente.
Quizás haya que mencionar que el asentamiento en Entre Ríos todavía deberá esperar un tiempo ya que las tierras aun no estaban listas por lo que el grupo permanecerá en las afueras de Basavilbaso hasta que fuese posible su radicación definitiva. Esta se hará principalmente  en dos colonias: Clara, especialmente en las aldeas de Rosch Piná, Miguel y Rachil, y en San Antonio, donde se asentó otro gran grupo de Pampistas.
Hacia 1895, de los 818 Pampistas llegados al país sólo permanecían en la Argentina alrededor de 400, habiendo emigrado el resto a Europa y Estados Unidos. Pocos años después, hacia 1906, gran parte de los viajeros ya se hallaban radicados en las ciudades y unos pocos permanecían en las colonias.
De los Pampistas y sus descendientes muchos han tenido una destacada actuación en nuestro país y su recuerdo se transmitirá de generación en generación convirtiendo al hotel en un lugar de visita obligado.


Palabras finales


Desde hace muchos años vengo estudiando la historia de los Pampistas, no sólo a partir del hecho histórico de su viaje a la Argentina, sino también tratando de entender su estadía a partir de mis estudios sobre la arquitectura e historia del Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud. En estos últimos años junto con Graciela Rotman hemos emprendido el estudio  de este periplo profundizando en las distintas historias personales recabadas en las familias Pampistas que se radicaron en Entre Ríos como también  en la de los que emigraron a  Estados Unidos. Para ello no basta recabar datos sólo en la Argentina ya que muchas de las respuestas a nuestros interrogantes se hallan fuera del país: muchos en EEUU, otros en Israel, así como también en Europa. Esperemos que estas investigaciones puedan ser plasmadas en el tiempo  ya que profundizar en la historia de los Pampistas permite comprender que el periplo por ellos realizado ha tenido su correlato también en tiempos posteriores.
Por otra parte cabe resaltar que a partir del año 2012 el hotel fue devastado en coincidencia con un proyecto de puesta en valor que el municipio de Gral Alvarado hizo propio, destruyéndose por completo el contrafrente del edificio y desapareciendo del lugar más de 44 carpinterías, 174 postigones de sus patios, (aquellos mismos en los que transcurrió la vida cotidiana de los Pampistas) centenares de metros cuadrados de pinotea, 84 metros lineales de barandas de sus galerías y tirantes, todos con más de 120 años de edad y de un valor patrimonial enorme para el Partido de General Alvarado.
En el año 1988, y coincidente con el centenario de Miramar, fue colocada en Mar del Sud una placa recordatoria del hecho  a instancias del Dr Samuel Grinblat y una subcomisión de descendientes de los Pampistas , la cual, pese a sus errores históricos, fue el primer y único testimonio hasta el día de hoy de la epopeya de los viajeros.  Desgraciadamente, unos pocos años después, la misma  fue vandalizada y permanece desde entonces en custodia en la Delegación Municipal del lugar.

Esperemos que las autoridades municipales puedan comprender la importancia  de restituir la placa al sitio que ocupaba, salvar sus errores históricos con otra que los recuerde, y así los Pampistas puedan tener, en el lugar en el que permanecieron por más de 3 meses, el homenaje que aún les debemos.
                                                                 
                                                                                                                  



[1] Años después el Barón planteaba que la rebelión de los Pampistas se debió al contacto con “parte de la población de Buenos Aires conocida como absolutamente dañina” y que hubiera alojado a los viajeros en el mismo barco y no en el Hotel de Inmigrantes y luego enviado a los viajeros por tandas al lugar de radicación definitivo.
[2] El Hotel Boulevard Atlántico es un edificio academicista con un marcado eje de simetría cuya planta en peine determina la existencia de dos patios, enmarcados hoy por palmeras centenarias, lugar donde se desarrollaba la vida del hotel. Cuenta con aproximadamente 70 habitaciones divididas en dos plantas, con un cuerpo principal de habitaciones y alas a las que se accede a través de galerías. Su importancia radica en mantener esos lineamientos tan típicos de la arquitectura de fines del siglo XIX, las técnicas constructivas utilizadas y preservar aún muchos de sus materiales originales que han sobrevivido al paso del tiempo. Se desconoce su autoría pero existen teorías que permiten suponer que el arquitecto-ingeniero Juan Buschiazzo no pudo estar ajeno al hecho de su construcción, siendo arquitecto del Banco y habiendo realizado otros encargos profesionales como el pasaje Juarez Celman en Tres Esquinas, Barracas.
[3] Genesis de Moises Ville. Noe Cociovitch. Editorial Mila.