Vista 1945

Vista 1945
Hotel Boulevard Atlántico. Mar del Sud. Año 1945. Archivo Pablo Grigera

sábado, 23 de septiembre de 2017

A propósito de las lluvias.


Según los datos recabados por el Servicio Meteorológico Nacional las precipitaciones anuales para la zona de Miramar podrían calcularse en alrededor de 850mm, es decir aproximadamente un poco más de 70 mm por mes en promedio.
Si tomamos que 1mm de agua caída equivale a 1 litro de agua en 1m2 de superficie, esos 850 mm equivaldrían a 850 litros  ó 85cm de altura  en 1m2 de superficie.
En septiembre de 2014 se iniciaron los trabajos sobre la cubierta del Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud reemplazando las históricas piezas de pizarra de su frente por una nueva cubierta pero, en este caso,  de chapa trapezoidal color. Esta tarea llevará aproximadamente un año siendo reemplazado sólo el frente de la cubierta, es decir lo que se ve, dejando el contrafrente a la intemperie.
Era claro que lo importante era mostrar las obras pero también, al priorizar el frente,  se obviaba el contrafrente al cual se le habían levantado sus chapas y parte del entablonado permitiendo así que el agua de lluvia continuara ingresando al edificio. Se proseguía así destruyendo lo poco que quedaba de su interior, descartado en el proyecto presentado por el grupo inversor original y que fuera continuado por los subcontratistas que siguieron con las obras.
A estas alturas ya no caben dudas que esto fue premeditado y los aproximadamente 70 mm mensuales de agua de lluvia, que equivalen a 26.000 litros de agua por mes ingresada en el cuerpo principal del edificio, se transformarán  al cabo de un año en la insólita cifra de 312.000 litros de agua.
Si la planta baja del cuerpo principal del edificio fuese una superficie estanca los litros de agua caída en todos estos años equivaldrían a casi 2.55m de altura lo cual  representa un poco más del alto  de las carpinterías, que en su mayoría, el hotel ya ha perdido.
En la actualidad la cubierta ni siquiera ha sido completada y su propietario ha sido exhortado, según lo afirmara en el año 2016 el Secretario de Planeamiento de General Alvarado Alfredo Aguilar[1] , al reemplazo de las chapas, cosa que al día de hoy no ha ocurrido.
Al cumplirse en estos días tres  años de iniciadas las tareas que llevaron a la pérdida de la histórica cubierta del hotel: Que no nos tape el agua.



Archivo P.Grigera.



[1] Diario La Nación 16 de julio de 2016. “tendrá que hacer correcciones (en referencia al propietario). Una, fundamental, porque insiste en techar el hotel con chapa trapezoidal como la que ya colocaron. Lo autorizado menciona réplicas de pizarra negra”. 

miércoles, 20 de septiembre de 2017

La desaparición de las lucarnas.

Otra de las grandes pérdidas del hotel ha sido, sin lugar a dudas, su cubierta de pizarra. Irresponsablemente reemplazada por una de chapa trapezoidal color, no sólo se barrió con las pizarras, celosamente conservadas en su frente, sino también con su estructura de soporte. Pero no sólo desapareció su cubierta sino también lo hicieron sus lucarnas.
Si bien eran puramente decorativas, hacían a la imagen del edificio. No eran las originales, colocadas en 1891, que las viejas fotografías nos muestran con distinta morfología de las que siempre hemos conocido y que quizás fueran  reemplazadas en la década del 30’ cuando el hotel fue intervenido para adecuarlo a usos más modernos.
En palabras de los responsables que continuaron con las obras luego de la defección del grupo inversor,  las mismas “se harán nuevas pero sólo a modo decorativo”.
A  casi tres años de su desaparición no hay rastros de las lucarnas al igual que ocurre con  tantos otros elementos de valor perdidos en estos últimos años. La mención acerca de su nueva hechura nos permitiría presagiar su destrucción, que con la excusa del mal estado cobrará también como víctimas a molduras, modillones, pizarras, el portón principal  y demás elementos patrimoniales del hotel. El reemplazo de estos por piezas nuevas no sólo ha sido un disparate sino también un papelón  donde faltantes, cambios de diseño, orientación y demás han desvirtuado por completo la fachada principal del edificio.¿Serán las lucarnas un despropósito más?  
Esperemos finalmente que las lucarnas  puedan volver a ocupar el lugar que les corresponde.De no ser así, el hotel y Mar del Sud  sumarán una nueva pérdida a su valioso patrimonio que no se supo, pudo, ni quiso conservar.