Vista 1945

Vista 1945
Hotel Boulevard Atlántico. Mar del Sud. Año 1945. Archivo Pablo Grigera

jueves, 31 de octubre de 2013

Una nota de color

Hace algunos años se encararon las obras de pintura de la Casa de Gobierno. La elección de un color rosa fuerte fue un tema de discusión entre historiadores, especialistas, funcionarios y público en general sorprendidos por lo fuerte del tono elegido.
Lo cierto es que la elección del mismo no fue realizado al azar, estuvo precedido de cateos, estudios de laboratorio, etc, que revelaron, ante la carencia de registro documental pictórico, la existencia de distintas capas de pintura y diferentes tonalidades.
Le cupo finalmente a una comisión de especialistas determinar  el color definitivo a utilizar, que correspondió  al rosa fuerte utilizado durante la época de Sarmiento.
Si bien las hipótesis sobre la elección del color durante la época de Sarmiento variaban entre, los argumentos que la relacionaban con la mezcla de cal y sangre vacuna (algo muy habitual en la época), a la mixtura de colores representantivos de las distintas facciones políticas en pugna en la época: los liberales de Mitre, el blanco y los conservadores de Carlos Tejedor, el rojo. De allí esa síntesis salomónica buscando representar el equilibrio político deseado.

Fascículo Diario La Nación. La Nueva Argentina Turística. pag 297


En el año 1993 el desprendimiento de un roblón de la estructura de su cubierta obligará al gobierno francés a iniciar los trabajos de restauración del Grand Palais de París. Este edificio fue construido para albergar las exposiciones de Bellas Artes y las celebraciones  artísticas a desarrollar en el año 1900 durante la Exposición Universal realizada en París.
Al comenzar los trabajos en la bellísima bóveda acristalada se pudieron observar distintas capas de pintura, destacándose entre ellas el gris de su última etapa. A partir del desmonte de chapas remachadas durante las tareas de restauración se pudo constatar la presencia del color original, por lo que se planteó volver a pintar la estructura con el color verde claro de sus orígenes.
Luego de estudios en laboratorios y archivos se logró dar con los registros del fabricante de la pintura, que había empleado un verde llamado Reseda. El problema era determinar cual de los tres aparecidos en los registros de la firma era el empleado ya que se habían sacado a la venta tres tonalidades diferentes: pálido, medio y oscuro. Mediante las pruebas de laboratorio se pudo determinar que el utilizado en el Grand Palais era el verde reseda pálido que será el que finalmente se empleará en el pintado de la estructura.

Commons.wilkimedia.org/wiki/file:PanoramiqueGrandPalais.jpg

En estos últimos tiempos se han iniciado las obras de puesta en valor de la fachada principal del Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud.
Si bien carecemos de datos fidedignos acerca del color original del edificio, algunas citas se refieren al color rojo de la fachada: “ fue aquella la primera batalla ganada por los pioneros a la naturaleza….pero en esa tarde fresca y llena de colores, frente al rojo y elegante edificio del “Boulevard Atlántico”…….[1]
Aún hoy,  es posible observar en sus muros los restos de ese rojo al que hacíamos mención como también restos de distintas paletas de colores, que van desde el rosa al anaranjado siendo un muestrario completo de las distintas capas de pintura con las que ha sido revestido el edificio.   

Esperemos que los responsables de la puesta en valor del edificio puedan contemplar, a partir del  análisis de laboratorio de las muestras de pintura de su fachada, el devenir histórico del edificio y poder así tomar una decisión en relación al color de su fachada, evitando caer en elecciones ajenas a su historia o referenciables a modas o a otros edificios de su misma tipología.



 “La restauración es una operación que debe tener un carácter excepcional. Tiene como fin conservar y revelar los valores estéticos e históricos del monumento y se fundamenta en el respeto a la esencia antigua y a los documentos auténticos. Su límite está allí donde comienza la hipótesis: en el plano de las reconstituciones basadas en conjeturas, todo trabajo de complemento reconocido como indispensable por razones estéticas o técnicas aflora de la composición arquitectónica y llevará la marca de nuestro tiempo. La restauración estará siempre precedida y acompañada de un estudio arqueológico e histórico del monumento”.
Carta Internacional sobre la Conservación y Restauración de Monumentos y Sitios (Artículo 9. Venecia,1964)




[1] Tierra Soñada.: Episodios de la colonización agraria judía en la Argentina.1889-1959. Ed.Luis  
  Lasserre. 1959. José Liebermann. página 39
  No sabemos con exactitud si esa referencia de José Liebermann se realiza en base a las memorias  
  de su padre, Marcos Liebermann, que formó parte del contingente de “Pampistas”,( inmigrantes
  judíos rusos traídos por el Barón Hirsch a la Argentina, y  que  se alojaron en el hotel entre enero
  y marzo de 1892) o bien se refiere a ese color a partir de alguna visita  realizada con posterioridad
  a la estadía de su padre. Lo  cierto es que la referencia a ese color rojo sería acertada  en vista de
  los restos visibles de pintura que aún son  posibles de observar en el edificio.

lunes, 21 de octubre de 2013

Mar del Sud y el Hotel Boulevard Atlántico. Ocaso, Gloria,caída y después......

Este trabajo , que  obtuvo una Mención en el Concurso de  Investigación Histórica del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires en el año 2000, es publicado por primera vez en su totalidad.
A partir de esta primera entrada en el blog, inicio la publicación de  escritos que espero contribuyan al conocimiento de la historia y arquitectura de Mar del Sud.
Pablo Grigera, arquitecto


“...La ciudad no dice su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en los ángulos de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, surcado a su vez cada segmento por raspaduras, muescas, incisiones, cañonazos.”
Italo Calvino, Las ciudades invisibles. Las ciudades y la memoria 3.


INTRODUCCIÓN.


En las últimas décadas del siglo XIX surgirán al sur de Mar del Plata , tres emprendimientos urbanísticos que desarrollados prácticamente al mismo tiempo correrán suertes distintas, dadas las diferentes circunstancias en que se produjo su fundación.
El surgimiento de Miramar en 1887, Mar del Sud a principios de 1889 y Boulevard Atlántico a mediados de 1889 como centros balnearios, marcarán los primeros intentos de desarrollo entre Mar del Plata y Necochea, así como intentarán proponer alternativas diferentes al desarrollo y cambios de hábitos que  comenzaba a generar Mar del Plata.
Este trabajo propone echar un poco más de luz sobre el surgimiento de Mar del Sud y Boulevar Atlántico y del desarrollo de este último (hoy denominado como Mar del Sud ) a partir de la construcción de un gran hotel, el Boulevard Atlántico Hotel, uno de los últimos exponentes en pie de la hotelería surgida en los centros de veraneo de fines del siglo XIX.


MAR DEL SUD, un gran negocio a orillas del mar


En enero de 1889 un pequeño aviso publicado en el diario La Nación mencionaba la formación de una sociedad anónima que se proponía “ fundar un pueblo balneario en las proximidades de Necochea, a diez o más leguas al sud de Mar del Plata”1

Desde principios de 1887 habían comenzado los intentos por desarrollar el área de terreno al sur de Mar del Plata. Fortunato de la Plaza, propietario de un establecimiento de campo al sur del arroyo el Durazno sería el mentor juntamente con su cuñado José María Dupuy de la fundación de un poblado balneario al que llamarían Mira-Mar. Para ello habían interesado al ingeniero Rómulo Otamendi, quien se encargaría de las tramitaciones y planos para cuyo trazado recibió la ayuda del agrimensor J.Eugenio Moy.
El ingeniero Rómulo Otamendi, estaba emparentado directamente con el propietario de una gran  extensión de terreno al sur de Miramar, por lo que no era extraño pensar que quisiese generar a partir de su experiencia en Miramar su propio negocio con la urbanización de algunos de esos terrenos.
En mayo de 1888 adquiere en condominio y por la suma de 25.045$ moneda nacional a su primo Fernando Julián Otamendi, una fracción de terreno de más de 565 hectáreas al noroeste del arroyo La Carolina, correspondiendo a Rómulo Otamendi un 40% del terreno y el porcentaje restante a sus socios Julio Goyena, Juan Bautista Otamendi y al Dr Rafael Herrera Vegas, todos con un 20% cada uno de la propiedad.2
Es interesante observar las relaciones de parentesco entre los principales actores de esta historia, ya que Rómulo Otamendi, además de primo de Fernando, estaba vinculado familiarmente con José M. Dupuy.
Esto reafirma el concepto del surgimiento de estos pueblos como empresas ligadas a intereses familiares.3
Se encomienda entonces el trazado del poblado al agrimensor  J.Eugenio Moy quien ya había intervenido como habíamos mencionado en el trazado de Miramar.
“El trazado de Moy es una gran cuadrícula orientada a medio rumbo, con manzanas de 100 por 100 varas, separadas por calles de 20, con una plaza central de cuatro manzanas. En la plaza se cruzan dos avenidas de 40 varas y dos diagonales de 30. Cuatro plazas secundarias interrumpen las diagonales a cuatro cuadras de la plaza central; las diagonales continúan luego su trayecto hasta los límites del éjido...”4. (Fig 1)

Fig 1.
Copia del Plano de Mar del Sud ejecutado por el agrimensor J.Eugenio Moy.


La influencia del trazado de La Plata es evidente tanto en el plano de Moy  para Mar del Sud como en el de Otamendi para Miramar, que también tiene como base un damero cuadricular , con manzanas de 100 por 100 varas cada uno y  separadas por calles de 20 varas. Para la plaza principal de Miramar Otamendi al igual que Moy había proyectado un espacio ocupado por 4 manzanas cruzadas también por diagonales de 30 varas y dos avenidas de 40. (Fig2)

Fig2.
Plano de Miramar. Casco Urbano según proyectodel ing Rómulo Otamendi.1888
El Litoral Sudeste Bonaerense. Los antiguos pagos de la Mar Chiquita y la Lobería Grande,su evolución urbana.1838-1950.Raúl Arnaldo Crespo


El 3 de enero de 1889 aparece en el diario La Prensa un artículo bajo la denominación de “Inauguración de un pueblo” en el que se expresaba que “el domingo 5 de enero tendrá lugar la colocación de la piedra fundamental del nuevo pueblo Mar del Sud en el Partido Pueyrredón”.
Es a partir de esa fecha que comienzan los diarios de la época a publicar los avisos de la casa de remates Adolfo  Bullrich y Cía de la venta de “400 manzanas de terreno divididas en 10 lotes de 20 x 50 varas a 20 ps m/n el lote”.5.
El negocio de la venta de tierras fue durante estas décadas el mejor negocio posible para cualquier inversor, ya que se compraban grandes extensiones de tierra, se subdividían y vendían en grandes remates publicitados en los principales diarios. Las ganancias eran fabulosas, dada la facilidad de pago y los bajos precios a lo que se ofrecían los terrenos a los cuales se accedía con solo un 5% del valor al firmar el boleto. Por supuesto que esto no eximía del hecho que en muchos de los casos hayan sido grandes estafas. (Fig 3)

Fig 3.
Una venta de tierras en Buenos Aires 1886.Dibujo de Alfred Paris


Otra pauta del gran beneficio que generaban las tierras eran todos los negocios que se generaban a partir de estas. En 1889 se conformaría la Constructora Miramar con el objeto de hacer operaciones inmobiliarias y  construcciones al sur de la Provincia de Buenos Aires y en especial en el pueblo de Miramar. A modo de ejemplo vale mencionar que en el directorio figuraban como tesorero Fortunato de la Plaza y como vocal J. Eugenio Moy.
Un rápido cálculo nos permite observar que de la venta de lotes y manzanas la sociedad anónima obtendría un rédito más que importante, triplicando y cuadruplicando su inversión.
Recordemos que por la compra del terreno Rómulo Otamendi y sus socios habían invertido aproximadamente 25.000$ moneda nacional y según los diarios de la época luego del segundo remate de tierras se habían recaudado más de 100.000$ moneda nacional por la venta de lotes y manzanas.
El amanzanamiento propuesto para Mar del Sud  estaba conformado originariamente por dos tipos de manzanas, las ortogonales divididas  como hemos mencionado en lotes de 20 x 50 varas  (750m2) y las linderas con diagonales, divididas en 4 lotes de entre  700 y 950m2.
Los más cercanos al mar estaban orientados con su frente menor hacia el sudeste a excepción de las linderas con el  Boulevard Mar del Sur, la principal arteria del pueblo, que se orientan con sus frentes hacia noreste y sudoeste respectivamente.
En el resto del poblado se intercalaban manzanas con lotes orientados hacia el mar y perpendiculares a este.
Para que el emprendimiento balneario funcionase la sociedad anónima había resuelto construir un gran hotel, y se planeaba que el hotel estuviese terminado “para la próxima estación balnearia, con lo que los bañistas tendrán un nuevo punto por que optar cuando resuelvan sus excursiones veraniegas”.6
El otro elemento  necesario para el éxito del emprendimiento era la llegada del ferrocarril.
“la sociedad está en vías de arreglo con la empresa del ferrocarril del Sud para la construcción de un ramal hasta el paraje indicado”7
En 1889 la empresa “Fortunato de la Plaza y Cía” cuyo titular era el fundador del pueblo de Miramar, solicitó al gobierno provincial una concesión para construir y explotar una línea de Ferrocarril desde Mar del Plata, pasando por  el pueblo denominado Cabo Corrientes, situado en Punta Mogotes, y llegando a Miramar. El proyecto no prosperó, pues aunque fue aprobado el 16 de octubre de ese año por la Cámara de Diputados, fracasó en el Senado por falta de apoyo”.8
Es probable que los intentos de la sociedad anónima por hacer llegar el ferrocarril a Mar del Sud se refieran a esta línea o a la prolongación de la línea propuesta por Adolfo Luro y Cía para unir Mar del Plata con Quequén. Lo cierto es que recién en 1911 se  inaugurará la línea Mar del Plata- Miramar del Ferrocarril Sur 9mientras que, pese a otros nuevos intentos realizados, la línea férrea nunca llegaría a Mar del Sud siendo este uno de los grandes causales del fracaso de este emprendimiento.
Si nos guiamos por los avisos publicados por los diarios, la primer venta de terrenos fue un completo éxito , ya que en el primer y segundo remate se ubicaron trescientas de las cuatrocientas manzanas que salieron a la venta, privilegiándose las que daban sobre el arroyo La Carolina y sobre el mar. 10 Quizás la necesidad de dar un viso de éxito al emprendimiento haya magnificado el número de terrenos vendidos, pero lo cierto es que muchas personas llegaron a interesarse por adquirir  estos “magníficos terrenos”. Los valores de venta inclusive fueron bastante promisorios, ya que por la venta de una manzana se llegaría a pagar hasta 2000$ moneda nacional.
Un año más tarde los diarios publicitaban las bondades del hotel de Mar del Sud, ya que ofrecía a los veraneantes carritos de baño y su espléndida playa tal  cual “pueden atestiguarlo las familias de Don Eliseo Acosta, Juan Bautista Otamendi, Don Juan Spraggon y otras muchas...”11
Muy pocos datos nos quedan de este primer hotel, algunas versiones hablan de un incendio, otras de la acción de las dunas, lo cierto es que hacia 1922 el hotel ya estaba destruido.12
Algunas fotografías antiguas nos muestran un edificio desarrollado en una planta y cubierto por la arena, al que se considera como el  viejo hotel de Mar del Sud.13.(Fig 4)


Fig 4.
Foto del antiguo Hotel de Mar del Sud. Archivo Valeria Schweitzer de Arzac.
Por lo que se puede observar no debió sobrepasar las 15  habitaciones y la distribución de su planta permitía generar un patio interior por el  que se accedía a las habitaciones.( Fig 5.)

Fig 5.
Foto del antiguo Hotel de Mar del Sud. Archivo Valeria Schweitzer de Arzac.


En la actualidad ya no hay rastros del hotel y sólo aproximaciones nos permiten ubicar su emplazamiento, “ restos del mismo hacia 1935 se podían observar  detrás del Hotel Boulevard Atlántico, a unas cuadras más allá del arroyo La Carolina, entre un médano.”14
La crisis de 1890 derrumbará las expectativas de la sociedad anónima de proseguir con la venta de terrenos y del desarrollo del lugar. La necesidad de vender terrenos motivará una mayor subdivisión de estos que a fines de 1890 se venden en lotes de 10 por 40 varas y 10 por 50 varas al precio de 10$ m/n cada lote.
Si analizamos el plano de Moy con lo existente en la actualidad, podríamos decir que este primer emprendimiento fue un gran fracaso , ya que este sector de Mar del Sud al norte del arroyo La Carolina ,no está urbanizado a excepción de los lotes linderos al arroyo La Carolina y de algunos cercanos a la playa.
Lo que hoy conocemos como Mar del Sud recién comenzará a  desarrollarse a partir del surgimiento en 1890 de un nuevo emprendimiento urbanístico realizado por el Banco Constructor de La Plata y que tendrá como elemento principal un gran hotel, el Boulevard Atlántico Hotel.
El sueño de avenidas, diagonales y plazas hoy es sólo una utopía cubierta de dunas y rala vegetación.


BOULEVARD ATLÁNTICO,  el sueño de un gran balneario.


En agosto de 1889, el Banco Constructor de La Plata escrituraba un terreno, adquirido también al Sr Fernando J. Otamendi, pero en este caso al sur del arroyo la Carolina. Este constaba de 9 millones de varas cuadradas y el banco había pagado por el la suma de 120.000$ moneda nacional.
Las tierras eran vendidas asimismo con un plano de subdivisión, realizado por J. Eugenio Moy, el mismo agrimensor que como habíamos visto había intervenido en el trazado de Mar del Sud y en el de Miramar (en este último caso recordemos con el ingeniero Rómulo  Otamendi). Este plano dividía el terreno en  254 manzanas, 40 quintas y 245 chacras en un  paraje al que denominaron  Boulevard Atlántico.15. (Fig 6.)

Fig 6.
Copia del Plano de Boulevard Atlántico de J.Eugenio Moy realizado por el ing Pedro Gasco en 1929.


El amanzanamiento propuesto originariamente por Moy para Boulevard Atlántico dividía la manzana en 10 lotes de 1000 varas cuadradas, pero posteriormente algunas se fraccionarían aún más obteniéndose de la subdivisión 20 lotes de 400 varas cuadradas y 4 de 500.
Fernando J.Otamendi se comprometía asimismo a entregar el terreno amojonado y ya había vendido parte de esas tierras, con el consentimiento del banco, a particulares.
Asimismo se había fijado fecha de remate de las tierras, a realizarse por la misma firma de martilleros que había intervenido en el caso de Mar del Sud.
Es interesante observar el precio de venta de las tierras comparado con el del emprendimiento anterior, lo cual habla de un incremento en la valorización de estas tierras, quizás dado el éxito inicial del de Mar del Sud.
La compra de estos terrenos al sur del arroyo La Carolina, tenía como objetivo el fundar un centro balneario que pudiese servir de alternativa a Mar del Plata pero para ello la llegada del ferrocarril, al igual que en el caso de Mar del Sur, era imprescindible.
Se renuevan los esfuerzos por dotar a Boulevard Atlántico de una línea férrea que pudiese llegar a sus costas, siendo infructuosos estos intentos, incluso hasta el día de hoy.
El que el Banco Constructor  haya comprado las tierras no es nada extraño ya que el éxito de sus negocios radicaba en la compra y venta de tierras, lo extraño de todo el caso es que estas tierras fuesen vecinas y competidoras a las del emprendimiento de Mar del Sud, que ya había comenzado a lotearse y que de acuerdo a los avisos publicados en los diarios, era todo un éxito.16
El Banco Constructor de La Plata era una sociedad anónima constituida en la Capital, cuyas operaciones habían comenzado el 1 de enero de 1884.
Su objeto era la “edificación, locación, compra y venta e hipoteca de propiedades, dar dinero a préstamo con garantías reales a los agricultores e industriales de los municipios de La Plata, Buenos Aires y pueblos limítrofes o cualquier punto de la República Argentina y efectuar toda clase de operaciones bancarias”.17
La entidad había iniciado sus actividades con un capital  de 30.000 pesos moneda nacional, siendo de 200.000 pesos el capital social. La sociedad estaba organizada bajo la base de 6 socios fundadores con 5.000 pesos m/n cada uno. Poco después desertarían 3 de ellos quedando la sociedad con 18.000 m/n , único y verdadero capital con que empezó a operar el banco.18
La importancia del banco fue tal que llegaría a ser en 1888 el tercer establecimiento bancario de toda la República.
La sociedad estaba administrada por un consejo de administración nombrado de entre sus accionistas por una asamblea. Este primer consejo estaba formado por Carlos Mauricio Schweitzer, Guillermo Cranwell, Nicolás Mihanovich, Fortunato Cichero, Eduardo Obregón y Benjamín del Castillo y entre sus accionistas principales figuraban el ingeniero-arquitecto Juan A. Buschiazzo y Adolfo Buttner, quién proyectó la sede del banco en la esquina de la diagonal 77 y las calles 45 y 6 de La Plata.
La propuesta de desarrollar toda esta área quizás haya sido una de las últimas grandes inversiones del Banco, dado que  hacia 1890 sus problemas económicos habían generado ya el cierre de sucursales y habían surgido proyectos para seguir disminuyendo el capital social del Banco.
A partir de la compra de los terrenos la idea del banco era construir un gran hotel, que fuese capaz de atraer a los veraneantes y que pudiese pasar por alto el hecho de la no llegada del ferrocarril a sus costas. Serviría asimismo como hito fundacional, a partir del cual se desarrollaría el poblado.
Para ello tendría que competir con el lujo del Gran Hotel Argentino y del Bristol Hotel de Mar del Plata, que eran el punto de encuentro de la clase pudiente de Buenos Aires durante  los meses de verano, pero este tipo de desafíos no eran obstáculo para los impulsores del proyecto que como hemos visto habían colocado al banco entre los más importantes del país.
En 1890 la Compañía Argentina del Riachuelo compra al Banco Constructor los terrenos de Boulevard Atlántico con el hotel en construcción.19. Esta compañía, suscripta como sociedad anónima en 1890 , había nacido con el objeto de desarrollar la venta de tierras en el área del Riachuelo, para luego extender sus operaciones a la compra y venta de terrenos en la capital.
Por su directorio pasarían  Carlos M. Schweitzer, Fernando Schweitzer y Fortunato Cichero entre otros, pudiendo conjeturarse que era una empresa ligada intimamente a los intereses del Banco Constructor.
Esta venta esconde el hecho que el Banco Constructor de La Plata y en especial su director Carlos M. Schweitzer, se hallaba en una situación muy comprometida por la venta a plazos de oro que el banco no lograría cubrir, teniendo que salir el gobierno nacional a cubrir ese déficit. Esto motivará la separación del Sr Schweitzer del directorio del banco, al pedir este una licencia en la gerencia del establecimiento.
Un vez escriturados los terrenos de Boulevar Atlántico se inicia el remate de las tierras por cuenta y orden de la Cía Argentina del Riachuelo interviniendo Eduardo Ripamonti & Cía como martillero, firma muy vinculada con el Banco Constructor a través de su historia.

E. Ripamonti & Cía.
Grandioso remate.
70 manzanas de tierras en el Boulevard Atlántico(Mar del Sud) por orden y cuenta de la Cía Argentina del Riachuelo y por acciones a la par.
El jueves 2 de octubre a las 1.30 de la tarde en nuestra casa San Martín 132.
Estas espléndidas manzanas forman parte de la sección 5º y dan todas sobre la playa, la única en toda la costa sud que no ofrece peligro para los bañistas. El rival de Mar del Plata. Terrenos altos, entre los arroyos de la Carolina y Tigre. Como aire puro y clima saludable no hay mejor.
El espléndido hotel con 150 lujosas piezas ya está concluido desde mucho tiempo y pasan de setenta los pedidos de personas deseosas de veranear en tan pintoresco parage. Ya está proyectado un ferrocarril que en poco tiempo llevará a la concurrencia desde la Capital Federal a la nueva estación balnearia.
La venta se hará por manzanas, medias y cuarto de manzana.
Sin base y por la cantidad de acciones que quieran ofrecer.
Recomendamos encarecidamente la compra de estos espléndidos terrenos, pues es el mas lucroso negocio que se pueda realizar hoy día, tanto mas que las acciones de la Cía Argentina del Riachuelo son sumamente baratas.
El objeto de la sociedad ofreciendo en remate estos terrenos es el de cumplir con lo resuelto por la asamblea, que mandó reducir el capital a fin de valorizar las acciones.
Todo comprador está obligado a depositar una seña del 20% en acciones o su equivalente en dinero.
Títulos perfectos! Escritura matriz gratis a los 15 días de remate.
Por datos, planos e informes a los martilleros, calle San Martín 132 escritorios 26 y 28.20

En los primeros días de enero de 1891 aparecen en el diario La Prensa una serie de avisos alquilando “ un hotel recién construido, en el Boulevar Atlántico, a 4 horas de Mar del Plata con 70 habitaciones”21  al cual se llegaba por diligencia luego de llegar por tren a Mar del Plata.
Nótese la diferencia en el número de habitaciones que mencionan uno y otro aviso con diferencias de pocos meses entre la publicación de uno y otro.
Quizás el deseo de desprenderse del hotel haya magnificado el estado y el número de habitaciones de este que publicaban los diarios, ya que según Carlos Schweitzer, nieto del fundador del banco y enviado en 1891 a fiscalizar las obras, se encontraba aún en construcción. Inclusive mencionaba la carencia de población en el lugar, ni ninguna subdivisión en las tierras.22
Al no poder alquilar el hotel la Cía Argentina del Riachuelo decide vender por licitación pública “ un hotel con 92 piezas edificado en cal y todo concluído con una extensión de terreno de 100.80 varas cuadradas que forma la manzana cita en el Boulevar Atlántico frente al océano, con una playa espléndida, base de la tasación 100.000 pesos m/n en acciones de la Cía a la par”23 Asimismo la Cía se decide a vender 5.118.120 v/c (varas cuadradas) en Boulevar Atlántico a 20 centavos v/c. Firmaba el artículo el ahora presidente de la Cía Argentina del Riachuelo, Carlos M. Schweitzer.
La importancia que para Carlos M.Schweitzer tenía el desarrollo de Boulevar Atlántico queda demostrada en el de hecho de invertir dinero en el lugar pese a las condiciones económicas por las que venía atravesando el banco. La quiebra de este motivará la necesidad de desprenderse de este activo, pero no definitivamente ya que la venta, como hemos visto, se realiza a una compañía íntimamente ligada a su persona y de la cual sería su presidente.
En octubre de 1891 Tomás Mc Dermott (suegro de Carlos M. Schweitzer), compra a la Cía Argentina del Riachuelo la manzana del hotel junto con otras propiedades ante el escribano Alberto T. Gutierrez.24
Queda nuevamente expuesto aquí el hecho que la manzana del hotel y algunos otros terrenos pasaban siempre a manos de familiares y allegados del Sr Schweitzer.
El suicidio en enero de 1892 de Carlos M. Schweitzer marcará el  fin de los sueños de esplendor que este tenía para Boulevar Atlántico. El 12 de julio del mismo año Fernando Schweitzer, hermano del anterior, con un poder otorgado por Tomás Mc Dermott, venderá ante el mismo escribano la manzana  con el hotel por 45.000 pesos a Adolfo Breyer 25 con el que terminará definitivamente la influencia de la familia del Sr Schweitzer sobre el hotel.
Si recordamos que un año antes la Cía Argentina del Riachuelo pedía por el hotel como base de tasación la suma de 100.000 pesos, el precio al que fue vendido no sólo demuestra la necesidad de desprenderse del bien sino también lo complicado de vender un edificio con las  características del Boulevard Atlántico Hotel.


¿MAR DEL SUD O BOULEVAR ATLÁNTICO?


El tema de la denominación de este poblado es bastante curioso. Hemos visto como en 1889 se funda Mar del Sud al norte del arroyo La Carolina, y  en 1889  Boulevard Atlántico, al sur de este arroyo. Pese a eso y a que no han sido reconocidos como poblados hasta bien entrado el siglo XX, hoy se denomina como Mar del Sud  al conjunto de los dos poblados, divididos en dos circunscripciones, la V para Mar del Sud y la VI para Boulevard Atlántico.
Ya en 1900, el Intendente de Miramar, Luis J. Dupuy pedía informes al Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires para determinar los antecedentes de la fundación de uno y otro poblado, que al ser anteriores a la ley 3487 carecían de aprobación oficial pese a que las ventas de los terrenos estaban inscriptos en el registro de propiedad.26
Antes de la promulgación de esta ley los planos eran realizados por ingenieros y agrimensores conforme a las reglas del arte, pero a partir de 1910, con la promulgación de un decreto, reglamentado el 26 de octubre de 1927, se dispondrían los requisitos necesarios para la fundación de nuevos centros de población.
Aparentemente ni Rómulo Otamendi, ni el Banco Constructor  realizaron tramite alguno para declarar como pueblos sus emprendimientos, pese a la publicitada venta de lotes y declaratoria de fundación en Mar del Sud y a la construcción de un hotel en Boulevar Atlántico.
Es interesante observar la importancia que se le da al hecho de declaratoria de poblado, ya que en el caso de Miramar Fortunato de la Plaza en un telegrama enviado a su cuñado José M. Dupuy le pedía que “ aclare bien todo para que no vayamos a tener alguna dificultad en la venta de terrenos sin estar declarado pueblo27
Es decir que las reglamentaciones vigentes en la época impedían vender terrenos sin la aprobación de planos de nuevos poblados, pese a lo cual, dichas prácticas, fueron como hemos visto, algo habituales en el caso de Mar del Sud y Boulevar Atlántico.


DESDE  EL AÑO 20 HASTA NUESTROS DIAS


A partir de 1892 el hotel cambiará sucesivamente de manos, pudiendo conjeturarse en este hecho y dadas las distintas compras producidas en subastas judiciales, que los problemas legales con respecto al dominio del hotel, debieron ser infinitos.
No contándose aún con datos fidedignos acerca de sus actividades durante los primeros años del siglo XX, algunas versiones mencionan su abandono hasta la década del 20, otras su intento de funcionamiento como hospital, lo cierto es que hacia 1920 el hotel estaba construido en su totalidad y en funcionamiento. (Fig 7)

Fig 7.
Fotomontaje del Hotel Boulevard Atlántico.
Archivo Valeria Schweitzer de Arzac.


Será recién a mediados de la década del 30 que el hotel comenzará a publicitar sus servicios  en los principales diarios de Buenos Aires.
Atlantic Hotel Mar del Sud (Miramar), Comenzó su temporada veraniega, completamente restaurado. Atendido por su dueño, ex gerente del Hotel Frascati. Informes Bartolomé Mitre 544 UT: 33-7372.28
Es interesante mencionar que por estas épocas comenzarán a construirse también los primeros “chalets” y muchos de sus propietarios y constructores habían llegado al lugar gracias a las bondades que propagaban de Mar del Sud los directivos del Ferrocarril Sud. No es extraño entonces inferir que por estos años se realizará un nuevo intento por hacer llegar el ferrocarril a Mar del Sud a partir del ramal que uniría Miramar con Pieres, que “atravesará una zona muy rica con tierras superiores para cualquier clase de cultivo incluyendo la batata. Pasará por el balneario Mar del Sud” 29
Otro hecho destacable de esta época es la mención del hotel “completamente restaurado”. Si aceptamos que durante años pasó de una mano a otra, con problemas legales en cuanto a su propiedad o quizás abandonado, las inversiones debieron ser nulas. Adecuar un hotel de 1890 a medio terminar  a las necesidades de confort de los 30, y compitiendo con Miramar y Mar del Plata, debió ser una tarea importante pero necesaria de realizar.
Es quizás en esta época que se construye el gran tanque de agua de hormigón armado,  que apoya sobre uno de los muros del edificio, y seguramente también la usina eléctrica que dotaba de energía durante algunas horas al hotel.
A fines de esta década  se produce una nueva venta de la propiedad, el ingeniero Pedro Gasco compra en 1937 un tercio de ella y Oscar, Osvaldo y Olga  Mon compran en 1940 otro tercio de la propiedad, quienes conjuntamente con Pablo Arena, que retenía un cuarto de esta  desde 1918, mantendrán a diferencia de los anteriores la propiedad por más de 40 años.
Si bien nunca fue un hotel de lujo, era cómodo y su atención y cocina eran de muy buena calidad. El hotel para estas épocas ofrecía a sus veraneantes “una playa sin igual, comida de primer órden, quinta propia, sulkys, bolantas, caballos vida hogareña,tranquilidad...”30
y trataba de recalcar sus diferencias con Mar del Plata mencionando que  “sin compromisos sociales disfrutarán del verdadero descanso tan necesario después de un año de intensa labor”31
En 1946 Rufino de Elizalde y Cía realizarán un nuevo loteo del poblado vendiendo “500 espléndidos lotes con una base de 0.30 $ por metro cuadrado”. Un dato curioso es que el plano de este loteo estaba basado en el plano original del agrimensor J.E Moy, redibujado por el ingeniero Gasco en 1929,quien recordamos sería a partir de 1937 uno  de los propietarios del hotel y creemos también vinculado a este loteo.
Es quizás a partir de esta época que comenzará la mejor etapa del hotel, funcionando a pleno y con una clientela que aumentaba cada verano.
Mar del Sud en los años siguientes se convertirá en un lugar de veraneo casi exclusivo, surgirán en los 50’ la capilla, la cooperativa eléctrica, la sala de primeros auxilios y se iniciarán las tratativas para llegar con el asfalto desde Miramar, que se producirá recién en 1987.
El hotel continuará con su funcionamiento y es a principios de los 70’ en que muere Agustín Cozar, su administrador y alma mater desde principios de los 40’. Se produce también un incendio en el sótano  que destruye su comedor y es por estos años que ya su deterioro comenzaba a vislumbrarse.

 “ el hotel Atlantic, convertido en la sombra de su gran relumbrón, es el testimonio de una época. Esta junto al mar cayéndose de a poco. Desapareciendo lentamente.”32

En estos últimos años el ocaso del hotel se ha acentuado considerablemente. Nuevos dueños han tomado el control del edificio,  sucediéndose numerosos inconvenientes que han determinado la clausura del edificio .Se han intentado distintos caminos para interesar a las autoridades acerca del estado del edificio, pero los problemas legales, penales, la falta de dinero y la desidia han contribuido entre otras causas, a que este edificio continúe deteriorándose cada día más.

Archivo Pablo Grigera.


EL HOTEL BOULEVAR ATLÁNTICO Y SU ARQUITECTURA.
ALGUNAS CONSIDERACIONES.


Desgraciadamente no han llegado hasta nosotros, planos originales del edificio ni datos certeros acerca de su autoría; sólo algunas fotografías y dibujos nos dan una idea de sus primeros años.
Se podría conjeturar con la posibilidad que sea atribuido al arquitecto Adolfo Buttner o  al ingeniero arquitecto Juan Antonio Buschiazzo, ambos ligados íntimamente a la dirección del Banco Constructor de La Plata, figurando inclusive como accionistas y como arquitecto e ingeniero del banco respectivamente.
Tanto Buttner como Buschiazzo habían construido ya edificios para el banco. El primero la hoy demolida sede del banco en La Plata y Buschiazzo las viviendas obreras en el Pasaje Juárez Celman que el banco había construido en Barracas en 1887., pero pese a eso ningún dato fehaciente nos ha permitido aún localizar a su autor
El Hotel  Boulevar Atlántico, visible desde varios kilómetros a la redonda, sigue siendo aún el referente histórico-cultural de la zona desde hace más de 100  años y es, como hemos mencionado, uno de los últimos exponentes de la arquitectura hotelera de fines del siglo XIX.
Este edificio academicista, con un marcado eje de simetría,  ocupa más de 2500m2 de superficie cubierta en un terreno de 7499m2, ocupando la mitad de la manzana.(Fig 8)
El estado del edificio es muy malo y el abandono, la falta de manutención y el paso del tiempo han contribuido en un clima no muy favorable al deterioro total del edificio.
El hotel en la actualidad se halla clausurado, dando sus revoques caídos, sus cubiertas deterioradas y sus carpinterías rotas, una imagen penosa del edificio.
A través del tiempo se han producido numerosas modificaciones, pero sin embargo no han alterado mayormente las líneas principales del edificio. (Fig 9)
Han sido modificados tabiques, han aparecido entrepisos, así como una serie de agregados aparecen en los laterales del edificio, que los propietarios alquilan como viviendas, llamándolos “apparts”. (Fig 10.)  Junto con los anteriores, el agregado culinario de un asador, da  una idea del tipo de construcciones clandestinas, que contrarias a las reglamentaciones vigentes, han surgido en torno al edificio.

Fig 8. Archivo Pablo Grigera.


Fig 9.
Panta Baja actual. Archivo Pablo Grigera.

Fig 10. Archivo Pablo Grigera.


El emplazamiento del edificio en el terreno y la elección de los materiales presupone  que sus proyectistas tenían un conocimiento nulo sobre el clima y el lugar. Es singular que en muchos casos las mejores habitaciones sean las peor orientadas. El que se construya una verja perimetral de gran longitud entre pilastras de mampostería, fue un despropósito  a la que el ámbito marino suponemos ha destruido y obligado a ocultar bajo un muro de mampostería. Finalmente la existencia de una gran mansarda de pizarra, que  nos  remite a un clima muy diferente al de nuestro litoral marítimo, nos permiten reafirmar la idea de un edificio concebido sin considerar el sitio de emplazamiento, práctica que por otra parte era y es bastante habitual.                            
Su planta en peine determina dos patios en torno a los cuales se desarrollan las habitacio-nes, tanto en planta alta como baja, a las cuales se accede por intermedio de una galería exterior, ubicándose también sobre ese eje principal el único núcleo vertical del edificio, materializado en una gran escalera de madera.
Esta tipología de planta permitía una  solución proyectual muy empleada en hoteles y viviendas dado que generaba la conformación de habitaciones  y circulaciones en torno a patios. El anexo del Bristol Hotel de Mar del Plata, el viejo hotel de Mar del Sud, y el posterior Hotel Chacabuco Mansión de Adolfo Buttner en Buenos Aires,  son algunos ejemplos de esta tipología, pero cabría preguntarse si esta tipología no permitiría también en un futuro, continuar con las habitaciones, o en el mejor de los casos configurar un edificio simétrico al original y que ocupase el resto de la manzana.
Es interesante observar los distintos sistemas constructivos existentes en el edificio. En todo el cuerpo central podemos ver a manera de  entrepisos la utilización de forjados de madera, materializados con vigas de gran longitud y pisos de pinotea.(Fig 11 y 12)
 La poca utilización del hierro en este cuerpo central se reduce a los balcones, dinteles en la galería- balcón principal y en algunos perfiles de grandes dimensiones.

Fig 11.
Entrepiso de madera. Vigas de quebracho; soleras y entablonado de pinotea machihembrado clavado; listones de yesero clavados a vigas. Archivo Pablo Grigera.

Fig 12. Archivo Pablo Grigera.


En el caso de las galerías de acceso a las habitaciones se han utilizado entrepisos realizados con perfiles de hierro y bovedillas de ladrillos, cabiendo preguntarse si ambos sectores no fueron realizados por separado. Quizás un estudio más profundo nos permita develar estas incógnitas.
La explicación al uso de este tipo de tecnología mixta radica no sólo en que es recién a partir de la década del 80 que el entrepiso de perfiles normalizados de hierro reemplazará al de vigas de madera sino también a la dificultad de transportar grandes cantidades de hierro, que tendrían que llegar a Mar del Plata por barco o ferrocarril y luego cargados en carretas para así poder ser llevados a Mar del Sud.
Es posible también observar en las galerías de los patios columnas de hormigón, que no condicen con la antigüedad del edificio. Suponemos que las columnas originales del edificio eran de fundición y con el tiempo fueron reforzadas con hormigón. Aún hoy se observa esa dicotomía en los encuentros de columnas y perfiles, así como en su desarrollo, se observan los hierros de la armadura.

Archivo Pablo Grigera.


La  caja muraria está conformada por mampostería de ladrillos comunes. Las dimensiones de las piezas, 29x14,5x5cm, son propias de fines del siglo XIX, así como se han detectado piezas especiales de mayores dimensiones, las que apoyadas en planchuelas metálicas, permiten conformar el cornisamiento del edificio.
Si nos referimos a los distintos tipos de cubiertas, es de mencionar la existencia de dos tipos de cubiertas en el hotel; la mansarda, que ocupa todo el cuerpo central del edificio y la cubierta que cubre las galerías y habitaciones de la planta alta.
En el caso de la mansarda, se combinan materiales originales de la cubierta como las pizarras de la fachada principal, con chapas acanaladas de zinc en el contrafrente y chapas lisas plegadas en los laterales con una estructura conformada por cabriadas de madera de grandes dimensiones, conformando un gran altillo.
La cubierta de la galería está conformada por vigas de madera, apoyadas por un lado en perfiles metálicos y por otro mampostería y alfajías clavadas con dos niveles de ladrillos trabados. Sobre esta estructura remata el sistema una cubierta de chapas de zinc.
Finalmente creo necesario mencionar que las diferentes tecnologías, sistemas constructivos y materiales que se observan en el edificio, son un excelente muestrario de los cambios desarrollados en estos últimos 100 años y por lo tanto un valor inestimable a tener en cuenta en la valorización del edificio, que por lo pronto deberá considerar al edificio como un todo y no como una parcialidad.


 Archivo Pablo Grigera.

“La recuperación de monumentos y zonas monumentales debe tener muy en cuenta los usos originales, los que históricamente se han ido incorporando, y siempre que sea posible, tanto para la propia salvaguarda del inmueble como por las necesidades presentes de la comunidad, debe preferirse el conservar, mejorándolos y dignificándolos,. Aquellos usos, porque constituyen un valor cultural e histórico, y porque de no hacerlo así se puede violentar la vida de la comunidad misma.”33

Archivo Pablo Grigera.


PALABRAS FINALES


El Hotel Boulevar Atlántico fue declarado Monumento Histórico Municipal del Partido de Gral Alvarado según la ordenanza 247 del año 1988.
Ha sido propuesto como Monumento Histórico Provincial pero los requisitos solicitados para su declaratoria implican al día de hoy tareas difíciles de cumplimentar.
Desgraciadamente no son muchos los hoteles de fines del siglo XIX y principios del siglo XX que se mantienen aún en pie. Hoteles como el de Sierra de la Ventana, el Bristol Hotel de Mar del Plata, el Tigre Hotel  o tantos otros, testigos de una época de esplendor , han desaparecido para siempre.
Creo que toda propuesta de rescate debería considerar en primer término la difusión y publicidad de las características e historia del edificio, tanto a nivel municipal ,provincial y nacional con el objeto de difundir y contribuir a la toma de conciencia de la situación actual de este edificio.

“El patrimonio arquitectónico sobrevivirá sólo si es apreciado por el público y particularmente por las nuevas generaciones...”34

El material existente sobre el hotel es casi nulo y en la mayoría de los casos lo publicado  acerca de su historia es erróneo. Inclusive la provincia ha hecho publicaciones referidos a los distintos partidos, encontrándose en el correspondiente a General Alvarado, datos bastante alejados a la realidad histórica del lugar.
Asimismo es fundamental la toma de conciencia por parte del municipio  del valor patrimonial del bien. Desgraciadamente la falta de medios e interés del municipio, así como la insolvencia y falta de criterios de los propietarios han contribuido día a día al deterioro del edificio.
Si en su artículo 3º la declaratoria de Monumento Histórico Municipal prohibía “toda reforma que pudiese afectar su valor arquitectónico-cultural”, es función del municipio el controlar los agregados y deterioros que el edificio ha sufrido en los últimos años.
Habría que considerar también el estudio de leyes que regulen las construcciones vecinas y las visuales del edificio, ya que dada su monumentalidad es un referente importante en la zona, no sólo desde el punto de vista arquitectónico sino también desde el punto de vista cultural.
Si bien los problemas legales del edificio son bastante importantes, toda propuesta que se desarrolle para salvaguardar el bien deberá considerar no sólo la propiedad privada de este, sino también los numerosos juicios y embargos que pesan sobre el mismo. Como podemos observar la tarea no es nada sencilla.
A esta altura cabría preguntarse si ante tanta destrucción y deterioro vale la pena intentar su rescate. Quizás los sueños de muchos de los que amamos este edificio nos alejen de todo juicio racional, pero nada nos impide soñar con que el Hotel Boulevard Atlántico vuelva a recuperar parte de su perdido esplendor.

Hace unos años en uno de mis tantos viajes por Mar del Sud recogí la historia de un poblador que había vivido en Mar del Sud desde 1890.
Había conocido aquella esperanza grandiosa de crecimiento, su gloria y era el único testigo viviente de su historia.
Era  el símbolo del pueblo, todos lo conocían y respetaban; siempre estaba a la cabeza de cada celebración.
Muchos años después enfermó, empezó a decaer lentamente, sin que nadie pudiese detener tal caída.
Los médicos buscaban soluciones al su enfermedad, encontrando problemas a cada paso.
El desinterés, salvo por unos pocos era tal, que hasta la dirección del hospital en el que lo habían internado mostraba desidia  y hasta indiferencia  por esta historia viviente del poblado.
Por supuesto no tenía medios, ni conocimientos y muchos de sus males eran fruto de tantoa años de penurias y pobreza.
Los médicos luchaban con todos los medios para intentar salvar su vida. Era una vida, valía la pena, decían. Eran concientes de que podía morir, pero nunca con indiferencia, sin lucha.

Hoy sigue muriendo, ya no hay más celebraciones ni orgullo por el.... y hay todavía algunos imbéciles que creen que sólo basta una placa para recordarlo.


Archivo Pablo Grigera.



NOTAS 

1 Diario La Nación,
2 Escritura de venta de Fernando J. Otamendi a Rómulo Otamendi y otros 
3 La arquitectura de la playa a fines del siglo XIX. Contribución al conocimiento de los antiguos hoteles de
   Mar del Sud y Bulevar Atlántico(Sudeste de la Provincia de Buenos Aires) José María Mantobani.
4 El Litoral Sudeste Bonaerense, Los antiguos pagos de Mar Chiquita y la Lobería Grande, su Evolución
  Urbana. 1838-1950. Raúl Arnaldo Gómez Crespo.Archivo y Museo Histórico de la Provincia de Buenos
  Aires “Doctor Arturo Jauretche”, página 52.
5 Diario La Prensa, 
6 Diario La Prensa, 
7 Diario La Nación,
8 Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. Año 1889. 
9  Historia del Ferrocarril del Sud desde el año 18862 hasta la fecha. William Rogind
10 Diario La Prensa, 
11 Diario La Prensa, 
12 Historia de Mira-Mar, su Iglesia y del Partido de General Alvarado. Presbítero Don Juan Pascual y   
    Massanet.
13 Fotografía en poder del Museo Municipal Punta Hermengo, Miramar. Gral Alvarado
14 Aramendi, Osvaldo J.: “Breves Semblanzas de mi Mar del Sud” (Boulevard Atlántico)1987. Archivo
    personal de Valeria Schweitzer de Arzac.
15 Escritura de venta de Fernando Otamendi al Banco Constructor de La Plata, archivo personal del Sr
   Gustavo Schweitzer.
16 Diario La Prensa, 
17 Caso de Quiebra fraudulenta. Banco Constructor de La Plata, dictamen del Dr C.O.Bunge. 1913
18 Revista El Mosquito, 1 de abril de 1888.
19 Escritura de venta del Banco Constructor a la Cía Argentina del Riachuelo de terrenos en Boulevard
    Atlántico,
20 Diario La Prensa 
21 Diario La Prensa, 
22 Escrito del Sr Salazar, apoderado de Carlos Schweitzer, por juicio informativo sobre posesión de tierras en
    Boulevar Atlántico. Julio de 1929. Archivo personal del Sr Gustavo Schweitzer.
23 Diario La Prensa, 
24 Escritura de venta de la Cía Argentina del Riachuelo a Tomás Mc Dermott. 
25 Escritura de venta de Tomás Mc Dermott a Adolfo Breyer. 
26 Carta del intendente Luis J. Dupuy al Sr Ministro de Obras Públicas, Adolfo Saldía.Archivo Segundo Acha.
27 La arquitectura de la playa a fines del siglo XIX. Contribución al conocimiento de los antiguos hoteles de
    Mar del Sud y Bulevar Atlántico (Sudeste de la Provincia de Buenos Aires) José María Mantobani.
28 Diario La Prensa, 
29 Historia del Ferrocarril del Sud desde el año 18862 hasta la fecha. William Rogind
30 Diario La Prensa, 
31 Diario La Prensa, 
32 Diario Clarín 
33 Declaración de Tepotzotlán, 1983.
34 Declaratoria de Ámsterdam 1975.