Vista 1945

Vista 1945
Hotel Boulevard Atlántico. Mar del Sud. Año 1945. Archivo Pablo Grigera

martes, 11 de febrero de 2014

A 122 años de la llegada de los "Pampistas"

Hace exactamente 122 años, por enero de 1892, el Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud se poblaba de  quienes seguramente fueron sus primeros huéspedes.
Ya me he referido  en otras oportunidades[1] al arribo a Boulevard Atlántico de un grupo de inmigrantes judíos rusos arribados a nuestro país el 15 de diciembre de 1891 en el vapor francés Pampa y que fueron trasladados al Hotel Boulevard Atlántico. La aún  no concretada compra de las tierras de Entre Ríos y la finalización de los plazos de alojamiento establecidos por la Dirección General de Inmigración, obligarán a una búsqueda de alojamiento que terminará, como conocemos, en el Hotel Boulevard Atlántico.
Mucho se ha hablado de lo extraño de este periplo, pero lo cierto es que el viaje y estadía están perfectamente descriptos en las Memorias de la Dirección General de Inmigración correspondientes al año 1892 y en numerosos escritos posteriores realizados por partícipes de aquel suceso, por historiadores de renombre y por descendientes de los mismos.



Si bien no se conoce con exactitud el número de Pampistas (nombre con el que se conoce a los viajeros) que arribaron a Boulevard Atlántico, es imposible suponer, como hemos dicho en otras oportunidades, que hubiesen sido trasladados  en su totalidad al hotel.  Recordemos que el hotel presentaba, en su proyecto original, alrededor de 70 habitaciones, y seguramente hacia 1892 su carcasa muraria estaba completamente terminada, no sabiendo  con certeza el grado de terminación del resto del edificio. Algunas fotografías antiguas nos muestran el hotel hacia 1897 con sus fachadas terminadas pero sin las rejas de su perímetro, suponiendo que ese estado en la construcción no fue muy diferente del que recibió a esos visitantes.
Si consideramos  que el número de habitaciones era de 70 y  siendo el promedio de integrantes de cada familia de 5 personas, sin contar con los solteros, estaríamos hablando quizás de 400/ 500 personas.
Algunas memorias posteriores describen  su número en 80 familias[2], así como otros autores amplían su número a 150 familias, incluyendo a los solteros, siendo esta última  afirmación completamente errónea ya que implicaría a la casi la totalidad del pasaje.[3]
Del viaje y estadía en Boulevard Atlántico (Mar del Sud),  tanto José Liebermann, Lázaro Schallman, Enrique Dickman[4] y otros, han reseñado sus pormenores; la intención de este trabajo es hacer hincapié en los testimonios que hablan de la muerte de unos niños a causa de una peste y su sepultura en Mar del Sud.



Lázaro Schalmann menciona que en los primeros días de estancia en el hotel surgieron enfermedades entre los pequeños, siendo detectados 2 casos de sarampión y 2 de escarlatina, por lo que fueron aislados para evitar el contagio.
Es interesante hacer notar en este punto que al arribo del Pampa la Dirección General de Inmigración había detectado dentro del pasaje numerosas enfermedades atribuyéndose las causas a lo largo y penoso del viaje. En los siete primeros días hubo 235 enfermos siendo la mayor parte por problemas intestinales, bronquitis, angina y escrófula, aunque también se detectaron casos de sarampión.

Prosigue Schallmann diciendo que con posterioridad se produjo una epidemia de tifus que determinó la muerte de algunos niños, no especificando su número, pero que motivará a los encargados del grupo  a enviar a algunos enfermos a Mar del Plata.
Este dato ha sido corroborado a partir de las memorias de Martín Grinstein[5]  quien recuerda que su tía Rosa fue afectada por la enfermedad y enviada a Mar del Plata.
José Liebermann, hijo de Pampistas, difiere en  relación a lo sostenido por Schallman aduciendo que la peste fue producto del contacto de los niños con loros, lo que podría haber generado una epidemia de psitacosis y a consecuencia de ello la pérdida de “decenas de vidas infantiles”.
Liebermann conjetura en unas decenas al número de fallecidos pero sin precisar con exactitud  el número de víctimas.
Quizás sea nuevamente Martín Grinstein quién aventure un número más exacto de víctimas al señalar que murieron 25 chicos y un adulto.
En estos últimos tiempos se ha podido profundizar, a partir de la aparición del listado completo del pasaje, en el estudio de los nombres y apellidos de los viajeros del Pampa, pudiéndose comprobar la existencia de más de una veintena de menores que no figuran en los registros posteriores existentes en las colonias. Quizás habría que teorizar con el hecho de que pudieran haber muerto en el  período de tiempo comprendido entre la llegada del barco, en diciembre de 1891, y la fecha del censo de las colonias, en 1895.
Si bien las enfermedades y la falta de atención, eran causales del fallecimiento prematuro de muchas vidas, es sugestivo encontrar ese número de víctimas entre las familias de colonos que hemos logrado identificar  y que se  asentaron en Entre Ríos, ya que existen hipótesis que del resto del pasaje, algunos volvieron a Europa, otros quizás permanecieron en Buenos Aires, así como también algunos hayan sido enviados transitoriamente a Moises Ville en la Provincia de Santa Fé.
De los fallecidos hemos podido identificar con exactitud a dos de ellos, cuyas identidades son parte de una  investigación que esperemos pueda ser publicada prontamente. En el primero de los casos se ha podido determinar su identidad a partir de las memorias familiares que han reseñado este hecho, transmitiendo estos sucesos de generación en generación pero sin especificar datos filiatorios, cosa que a partir de los listados existentes de pasajeros del barco, hemos podido comprobar. Asimismo las referencias en relación al adulto fallecido nos han permitido confirmar su real identidad y edad, hecho comprobado a partir del cotejo de las listas del pasaje del barco con la de los que se  asentaron en Entre Ríos.


  
En estos últimos tiempos me encuentro abocado a la realización de nuevas investigaciones que puedan poner una identidad a dichas personas a partir de los archivos existentes tanto en las colonias entrerrianas como en Israel.
Del cementerio pocos son los datos que refieren a su ubicación, algunos mencionan de su cercanía con el Arroyo La Tigra a poca distancia del Hotel. Otras dan testimonio de restos óseos aparecidos a la vera del arroyo, así como también a partir de excavaciones realizadas para la construcción de alguna vivienda cercana.
Quizás, del viejo cementerio sólo queden los recuerdos y las dudas en relación a su ubicación, pero lo cierto es que esas tempranas muertes siempre quedarán en la memoria de sus familiares,  convirtiendo a Mar del Sud en un lugar de peregrinaje obligado.





[2] Tierra Soñada. José Lieberman. 1959. Editorial Laserre
[3] Historia de los Pampistas. Lázaro Schallmann. Editorial
[4] Recuerdos de un Militante Socialista. Enrique Dickman
[5] Recuerdos de Entre Ríos. Colonia San Antonio y Pueblo Cazés.Martín Grinstein. Colección Memoria.1998.

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