Francisco Lamolina, árbitro
internacional del fútbol argentino, fue el principal referente de un estilo de
arbitraje en el que se obviaban ciertas incidencias del juego con tal de dar
continuidad al espectáculo. El “siga-siga” de Lamolina marcará una época en
oposición a la rígida interpretación que hacía otro árbitro, Javier Castrilli, sobre las mismas instancias.
Mar del Sud, en clave futbolera y en referencia a las obras del hotel,
seguirá la línea del primero y el “siga-siga” se convertirá en un marca, en una
forma de encarar las tareas.
El 16 de julio de 2016 el diario La Nación publicaba un artículo
firmado por Darío Palaveccino, su corresponsal en Mar del Plata, en el cual se
afirmaba: Hace más de 8 meses que el
municipio paralizó los trabajos contratados por el actual propietario del
inmueble Horacio Domenicone. “Había fallas en la documentación de profesional
responsable, graves falencias de seguridad y tampoco se estaba respetando el
patrimonio arquitectónico”. Estos datos, expresados a La Nación por el entonces
Secretario de Planeamiento de General Alvarado Alfredo Aguilar, permiten
suponer que desde alrededor de diciembre de 2015 las obras del hotel están paradas.
Las fotos que acompañan el artículo de La Nación resultan a la vez
sorprendentes. En primer plano se pueden observar viguetas pretensadas, un
montículo de piedra partida, como así también restos de bloques de telgopor entre
los escombros, todos elementos necesarios para realizar entrepisos lo cual nos
permite inferir la materialización de los mismos.
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Diario La Nación.16 de junio de 2016. Del lujo a la ruina. La frustrada recuperación del Hotel Boulevard Atlantic. |
Ahora bien, si las obras estaban detenidas y con una clausura desde
hacía 8 meses: ¿Cómo pudo ser posible su realización?
Otras fotografías anteriores, de fines noviembre del 2015, mostraban
la desaparición de la escalera principal del edificio, hecho que fuera
denunciado por esas fechas por el blog y que de acuerdo a testimonios, sabemos que
fue reconstruida en hormigón.
Hacia julio de 2016 nuevas imágenes mostraban frente al hotel nuevas
viguetas, arena y piedra así como perfiles galvanizados con los que posteriormente
es posible se haya cubierto el sector de la escalera[1].
Facebook. Casa Radical Albano Honores. 20 de julio 2016 |
¿Si la escalera no existía a fines de noviembre de 2015, con el enorme
perjuicio patrimonial de su desaparición, cómo puede ser que hoy exista una
nueva de hormigón a la que inclusive se le ha construido su techo?
Hacia fines de diciembre de 2016 nuevas viguetas, arena y piedra
podían observarse frente al hotel, vestigios irrefutables de obras que
continuaban en su interior.
O bien fueron burlados durante todo el 2016 los controles
municipales, o bien existió un aval para continuar las obras, en silencio y sin
permiso de obra alguno. El “siga – siga” de Lamolina se manifestaba en su
máxima expresión.
La orden era clara, continuar la obra a cualquier precio, por menores
que sean las tareas pero continuar. Había que ocultar los enormes desaciertos
que implicaron la pérdida total de los interiores del edificio, lo no visible,
que había sido desmantelado por completo desapareciendo así todos los forjados
de madera originales, entre otros elementos ya denunciados, comprometiendo la estabilidad de los muros del
edificio. De allí la mención de Aguilar relativa a las falencias de seguridad. Pero
algo había que hacer, no podía dejarse el edificio así vacío, ultrajado y de
allí la vista gorda a la construcción de los nuevos entrepisos.
Ahora bien: ¿Existió algún profesional a cargo del cálculo estructural
y su materialización?. ¿Quién firmó sus planos?. ¿Se habrá construido una estructura independiente con bases, columnas y vigas o se habrán utilizado sus muros centenarios asentados en barro para recibir su nuevo sistema estructural?. ¿Verificarán sus entrepisos de viguetas y ladrillos de telgopor a las nuevas cargas?.
Continuar con la fachada, lo visible, era imposible. Los errores de
factura y las desacertadas decisiones que se tomaron sobre su realización habían
determinado su pérdida. De allí que las obras quedaran detenidas en el tiempo,
pero el concepto del “siga siga” seguirá
en pie y en menor medida con operaciones poco perceptibles durante el 2017 como
la realización de las pequeñas losas de los balcones de su
fachada o de mayor impacto como la demolición de los muros originales del cerco
del frente. Este hecho impune, justificado en el estado de colapso que presentaba,
hizo tabla rasa con el cerco que será reconstruido a las apuradas pero simplificando su diseño y careciendo de todas las molduras que hacían
a su diseño.
Al día de hoy el estado del edificio es realmente penoso. Las obras siguen “paradas y clausuradas” entendiendo esto como un eufemismo que permite interpretar que las obras siguen a cuentagotas, sin dirección profesional, sin proyecto alguno, sin permiso y con un tufillo a sálvese quien pueda desde el municipio que busca, desde hace más de 4 años, soluciones a un tema en el que los errores son demasiados y muy difíciles de ocultar, pero que dejan a la vista su enorme complicidad en este terrible desastre patrimonial.
M. Bustillo. Agosto 2017. |
Al día de hoy el estado del edificio es realmente penoso. Las obras siguen “paradas y clausuradas” entendiendo esto como un eufemismo que permite interpretar que las obras siguen a cuentagotas, sin dirección profesional, sin proyecto alguno, sin permiso y con un tufillo a sálvese quien pueda desde el municipio que busca, desde hace más de 4 años, soluciones a un tema en el que los errores son demasiados y muy difíciles de ocultar, pero que dejan a la vista su enorme complicidad en este terrible desastre patrimonial.
“Siga - siga Lamolina”.
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