En trabajos anteriores hemos mencionado a febrero del
2012 como la fecha de inicio del
desguace del contrafrente del Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud,
coincidente quizás con las promesas efectuadas al poseedor del bien, por parte
de un grupo inversor. La puesta en valor
del edificio que estos pregonaban y lo descartable que resultaban al nuevo
proyecto las alas de habitaciones y galerías de sus patios, determinaron que
fuesen desmanteladas y vendidas carpinterías, pisos de pinotea, tirantes, barandas
de hierro, fallebas y demás, pese a ser el edificio Monumento Histórico
Municipal por la ordenanza 247/88 del Honorable Consejo Deliberante del Partido
de Gral Alvarado.
Archivo P. Grigera. 2012 |
Muchas veces la cuantificación de los
daños representa el sólo y frío hecho de registrar esas pérdidas invalorables
del patrimonio de Gral Alvarado, sin tomar conciencia de la magnitud de la
pérdida ni del hecho en sí: 44 puertas ventanas de dos hojas con postigos
interiores de madera de cedro, 174 celosías de madera, más de 500 m2 de
pinotea, 88 fallebas importadas, cientos de metros de tirantes de pinotea, 84
ml de baranda de hierro forjado de las galerías, puertas interiores, perfiles
doble T, etc. A esto habría que sumarle
los numerosos materiales, de los cuales desconocemos si han sobrevivido, hasta
que no se realice un exhaustivo inventario de las pérdidas que ha sufrido el
edificio a partir del anuncio del proyecto, que por aquellos años el grupo
inversor planeaba realizar para el hotel, antes de caer en desgracia a fines de octubre de 2013.
Archivo P. Grigera.2012 |
Pero el hecho más terrible de todo esto es que también se puede cuantificar económicamente la pérdida de estos materiales, a partir analizar el precio de mercado de elementos similares a los desaparecidos, pudiéndose establecer así el importante rédito que esas ventas, que lesionaron por completo el patrimonio del hotel, dejaron a sus responsables.
Si consideramos que se publicitan, en
portales de venta de antigüedades, puertas ventanas con postigones a valores de
entre 3500 y 7000 pesos, podemos cuantificar en esas 44 carpinterías desaparecidas
una suma extraordinaria de dinero. Ni que hablar de las antiguas celosías, que si
hubiesen sido vendidas individualmente habrían
dejado un rédito de varias decenas de miles de pesos, o al igual que la venta
de los puños de fallebas y sistemas completos de herrajes de accionamiento que
tienen buen valor en el mercado de antigüedades.
La pinotea , vendida según testimonios a carpinteros de la zona, se cotiza muy bien ya que el m2 de la misma se valora entre 450$ y 600$ dependiendo de su estado y su pertenencia a un piso superior o a una planta baja, ya que se diferencian por la presencia o no de humedad en las mismas. Sus más de 500m2 nos muestran la magnitud del negocio y del desastre también.
Quizás el costo de los tirantes de madera sea
también una presa valorada por los anticuarios y corralones de demolición, dada
la excelente calidad de los mismos pero en este caso dependiente siempre de su
estado de conservación.
La última gran pérdida del edificio han sido
los más de 80ml de baranda de sus galerías, las cuales sobrevivieron al lento paso
del tiempo y a la demolición inicial, pero no a la codicia de los que lucraron
con su venta.
Como podemos observar, el desguace del
edificio no sólo alteró para siempre el destino del Hotel Boulevard Atlántico
de Mar del Sud, sino que también generó un rédito económico, más que importante
y valuado en varios cientos de miles de pesos, a los propios responsables del
desastre.
¿Qué hubiera pasado si esto hechos acontecían
en el Coliseo Romano, en el Cabildo de Buenos Aires o en cualquier edificio de
importancia patrimonial?
Queremos suponer, que el Hotel Boulevard
Atlántico de Mar del Sud debiera significar para los habitantes del Partido de
General Alvarado lo mismo que el Coliseo para los romanos o el Cabildo para
todos los Argentinos: un hito patrimonial, por lo que las implicancias
referidas a estos hechos, en cualquiera de los casos mencionados, hubiesen
producido un escándalo de proporciones mayúsculas así como también renuncias
entre los funcionarios responsables. Desgraciadamente en el caso del Hotel
Boulevard Atlántico las responsabilidades se diluyen con el paso del tiempo,
nadie ha renunciado y las obras actuales
intentan por todos los medios de hacer
olvidar lo acontecido con obras que carecen en lo más mínimo del
profesionalismo que el edificio requiere en su intervención.
¿Porqué a tres años de los
hechos aún no ha actuado fiscal alguno inquiriendo sobre dicha situación?
¿Porqué no han sido
aplicadas las penas que establece el Código de Preservación Patrimonial del
Municipio a los responsables de los hechos?
Desgraciadamente el
silencio del municipio, ocultando bajo las obras que se realizan en la
actualidad, y que tal cual refiriera la Defensoría del Pueblo de la Provincia
de Buenos Aires carecían de todo permiso de obra y legalidad, continúa. Al día
de hoy aún no han emitido comentario alguno que intente comprender su accionar
ni que explique cómo desaparecieron, ante sus propias narices, todos los elementos citados anteriormente del que es quizás el edificio de mayor valor
patrimonial del Partido.
A más de un año de
iniciadas las obras las mismas carecen de Cartel de Obra y desconocemos la
existencia de un proyecto de intervención sobre el edificio, lo cual se suma a
la inexistencia de controles por parte de los organismos Nacionales,
Provinciales o Municipales referidos al tema y los cuales debieron ser
consultados por el municipio.
Esperemos finalmente,
cuando ya nos acercamos al tercer aniversario del inicio del desguace del
edificio, que las propias autoridades puedan exponer definitivamente sus
aclaraciones en referencia a los sucesos de 2012 así como también sea hora de
que los responsables del mismo puedan ser juzgados en consecuencia.