A cuatro años del inicio del desguace del contrafrente del hotel de
Mar del Sud y a dos años y medio del inicio de las obras de puesta en valor de la
fachada principal del edificio, las obras: ¿avanzan?.
A consecuencia de los innumerables errores de factura, que hemos
denunciado profusamente, y que han determinado la pérdida de muchos de los
valores patrimoniales del edificio, se le presenta al Gobierno Municipal la
difícil disyuntiva de:
1.- Continuar avalando las obras materializadas por gente que carece
de formación profesional y capacidad para intervenir y dirigir las obras del
mayor bien patrimonial del municipio.
De continuarse las obras los errores continuarán ya que no existe un
proyecto de intervención patrimonial, estudios previos, ni conocimiento
alguno sobre el devenir histórico del
edificio. Prueba de ello son la demolición de los revoques originales que debieron ser consolidados, el de las
molduras, reemplazadas por piezas premoldeadas que ni siquiera reproducen el
diseño ni proporciones de las originales, como también el de las piezas escultóricas
que ni siquiera han sido colocadas en su número correcto, entre tantos otros
despropósitos ya mencionados anteriormente.
2.-Revertir los enormes errores cometidos, rehaciendo molduras,
cornisas, colocando el correcto número de modillones, balaustres y demás.
Dichas tareas deberán estar justificadas con un exhaustivo estudio
histórico de la fachada del edificio, convocando para ello a profesionales u
organismos, públicos o privados, que puedan fiscalizar las tareas. Esto, llevará al municipio a pagar un alto costo político al no haber
dado nunca respuestas satisfactorias por:
a.- el desguace y venta de
elementos del hotel a principios de 2012.
b.- por haber tomado como propio el proyecto de una empresa carente de avales y que fuera
denunciada por estafa en octubre de 2013.
c.- por el insólito apoyo a los subcontratistas del grupo inversor
saliente que carentes de titulación profesional y proyecto de intervención
alguna se les permitió tomar las decisiones de qué hacer con el edificio cuando
carecían de los conocimientos suficientes para actuar sobre el hotel.
Las pruebas están a la vista, y los errores de la intervención
demasiado visibles para ser pasados por alto.
¿Cómo continuarán las obras en el resto de las fachadas?, ¿Restaurando
las viejas molduras, modillones y demás, como debiera ser o, tal cual que se hizo en la fachada
principal, destruyendo las piezas y otros elementos ornamentales reemplazando
las mismas por otras que en nada condicen con las originales?
La disyuntiva es compleja: destruir las otras fachadas, las únicas aún intactas desde 1891 para continuar con la farsa de la "buena restauración", igualando así los erróneos criterios utilizados en la intervención, o corregir los enormes errores realizados.
Como podemos observar ya no hay soluciones que permitan al
municipio salir airoso de lo actuado por lo que es menester que todas las
fuerzas políticas de General Alvarado, a través del Honorable Concejo
Deliberante, puedan aunar posiciones y establecer un criterio común de cómo
intervenir el edificio, que al ser el mayor bien Patrimonial del Municipio, no
puede ser de ninguna manera ignorado.
Archivo P Grigera. 2016 |